El 2025 pintaba como un año brillante para One Piece. Tras el éxito de la segunda temporada de la adaptación live action de Netflix y el furor por el arco de Egghead en el manga, todo apuntaba a que el anime regresaría con fuegos artificiales. Pero la realidad fue otra: tras seis meses de pausa, Toei Animation lanzó un especial no canon —una historia original que no pertenece al manga— y la comunidad explotó.
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El especial titulado “Un Recuerdo en la Tormenta – Las Sombras de la Isla Fantasma” no solo sorprendió por su contenido, sino también por el momento en que fue presentado. Los fans, que llevaban medio año esperando la continuación de uno de los arcos más intensos del manga, sintieron que Toei jugó con sus expectativas. La reacción no se hizo esperar: críticas en redes sociales, dislikes en YouTube, discusiones acaloradas en Reddit y hasta peticiones en Change.org.

Pero ¿qué hay detrás de esta decisión? ¿Fue solo un error de timing o hay una estrategia mayor en juego? Vamos a desmenuzarlo.
El especial “Un Recuerdo en la Tormenta”: ¿de qué trata?
El episodio especial de 45 minutos se ambienta entre arcos, en un lapso narrativo libre que permite insertar historias sin alterar la continuidad del canon. En él, los Sombrero de Paja llegan a una isla aparentemente desierta que resulta estar envuelta en una tormenta perpetua, custodiada por un espíritu vengativo.
La historia se centra en Nami y Robin, quienes son separadas del grupo y deben enfrentar visiones de su pasado provocadas por una “lluvia de memorias”. Mientras tanto, Luffy y Zoro luchan contra un monstruo marino formado por niebla y electricidad. Todo se resuelve con un discurso emotivo, un nuevo ataque de Luffy que no será visto nunca más, y la típica fiesta final en la cubierta del Sunny.

A nivel técnico, el especial es impecable. Buena animación, música atmosférica y una dirección cuidada. Pero eso no fue suficiente para calmar la tormenta (literal y metafórica) que desató entre los fans.
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“Nos hicieron esperar seis meses por relleno”: la molestia de la comunidad
El punto más álgido de la molestia no tiene que ver con la calidad del especial, sino con el momento elegido para lanzarlo. El anime pausó su emisión regular en enero de 2025, justo cuando el arco de Egghead se preparaba para su punto más alto. Durante meses, los fans especularon que Toei estaba preparando algo espectacular para el regreso, considerando que este arco marca el inicio de la “saga final” de One Piece.
La expectativa era alta. Y no es para menos: el capítulo 1111 del manga, uno de los más esperados por su conexión directa con el misterio del Siglo Vacío, está por ser adaptado. Sin embargo, Toei decidió iniciar el regreso con un especial completamente ajeno a la historia principal.

En X (antes Twitter), frases como “nos trataron como tontos”, “esto no es lo que nos prometieron” y “pausa de seis meses para esto” se volvieron tendencia. Incluso usuarios que suelen defender al estudio salieron a criticar la estrategia, argumentando que “la narrativa ha sido secuestrada por decisiones comerciales”.
El “síndrome del especial de relleno”: un problema recurrente en el anime
Esta no es la primera vez que un anime popular vuelve con un especial no canónico. Series como Naruto, Bleach o My Hero Academia han recurrido al recurso del “capítulo de respiro” para volver al aire sin avanzar la historia. La razón detrás de estas decisiones es casi siempre la misma: dar más tiempo al equipo de producción o alinear fechas con otros eventos de marketing.
En el caso de One Piece, hay indicios de que Toei necesitaba alargar la espera para que el anime no alcanzara al manga. La animación del arco de Egghead está siendo desarrollada por el mismo equipo que hizo el clímax de Wano, y se rumorea que hay problemas de coordinación por el aumento de la calidad visual exigida por Oda.

Además, con la tercera película animada de One Piece RED: Return of Shanks en preparación para 2026, algunos apuntan a que Toei está moviendo piezas para que ciertos momentos clave coincidan en fechas estratégicas. ¿Tiene sentido desde el negocio? Sí. ¿Le importa eso a los fans que llevan meses esperando? No tanto.
La paradoja de Egghead: demasiado bueno para apresurarse
Hay que decirlo: el arco de Egghead ha sido uno de los más aclamados en años. Con una atmósfera futurista, revelaciones históricas, nuevas facciones y el regreso de personajes clave, esta saga ha sido comparada con la intensidad de Enies Lobby y la espectacularidad de Marineford.
Toei sabe que no puede adaptar este arco a la ligera. Se ha confirmado que varios de los episodios están siendo dirigidos por nombres de peso como Megumi Ishitani (responsable de los celebrados episodios 957 y 982), y se han contratado animadores de Jujutsu Kaisen y Attack on Titan para las secuencias de acción.
Pero esa ambición también tiene su costo: la espera. Y si algo ha aprendido el fandom en los últimos años, es que el tiempo de los espectadores también importa. Cuando se pide paciencia, se espera una recompensa proporcional. El especial no la entregó, al menos no para quienes siguen la historia con devoción semanal.
Opiniones divididas: no todos odian el especial
A pesar de la crítica generalizada, algunos fans defendieron el especial. En foros como MyAnimeList y Discord, ciertos usuarios elogiaron la estética gótica de la isla fantasma, la música melancólica y el enfoque en los traumas del pasado de Nami. Otros recordaron que One Piece siempre ha incluido episodios de este tipo, y que la serie nunca ha pretendido avanzar de forma lineal como un thriller occidental.

Para estos fans, el especial fue un “aperitivo emocional” antes del gran festín que se viene. Además, argumentan que, al ser un especial y no un episodio regular, no afecta el conteo del anime principal ni rompe la continuidad. Es un extra, no una traición.
Y, si bien es cierto que One Piece ha tenido rellenos peores (hola, Foxy), la pregunta persiste: ¿era este el momento adecuado para experimentar?
Un tropiezo, pero no el fin del mundo
¿Fue decepcionante? Para muchos, sí. ¿Significa que One Piece está perdiendo fuerza? Todo lo contrario. La furia de los fans no es señal de decadencia, sino de compromiso. En una era donde el contenido se consume y olvida en segundos, pocas obras pueden generar este nivel de conversación solo por un especial de relleno.
Toei recibió el mensaje alto y claro. Ahora le toca responder con una animación que deje a todos con la boca abierta. El especial será recordado como un traspié, una tormenta pasajera en el mar de Grand Line. Pero si algo nos enseñó Luffy es que incluso después de un desvío, el barco sigue avanzando.
Y el Going Merry —perdón, el Thousand Sunny— tiene todavía mucho por navegar.