Hubo una época, a mediados de los años 90, en la que pensamos que Dragon Ball se había terminado para siempre. Todos sabíamos que Akira Toriyama no estaba dentro del equipo creativo de Dragon Ball GT y lo corto de estas aventuras lo dejó en evidencia, a pesar de su emotivo final, que se sintió como una despedida definitiva de Goku y los Guerreros Z.
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Akira Toriyama se había despedido antes, con la iniciativa de la colección Dragon Ball Daizenshuu, publicada entre los años 1995 y 1996. Esta guía que salió en modo de enciclopedia, con ocho ejemplares, contó con una enorme cantidad de detalles sobre el universo de Akira Toriyama.
Hubo entrevistas exclusivas al mangaka, detalles biográficos de los personajes e ilustraciones inéditas realizadas por el mismísimo Akira Toriyama, especiales para estas publicaciones.
Reunía todos los elementos necesarios para un adiós respetable, sin saber que casi 20 años más tarde regresaría con Dragon Ball Z: La Batalla de los Dioses, que marcaría el inicio de Dragon Ball Super.
En esa última guía de la colección Daizenshuu hay un dibujo de Goku, que se ve como una extraña despedida. Lo que vemos en la ilustración, rescatada por los famosos “Archivos de Toriyama” del sitio oficial de Dragon Ball, es al protagonista de la máxima obra de Akira Toriyama despidiéndose de sus fanáticos.
Sin embargo, la posición de su mano izquierda en lugar de verse como un mensaje de adiós, es como si estuviese sosteniendo la esfera del dragón de cuatro estrellas.
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Entonces, la interpretación es como que es una despedida y al mismo tiempo no. Cómo si Akira Toriyama nos estuviese diciendo en ese entonces que es un adiós a medias, una posibilidad abierta de volver; cosa que se terminaría concretando casi dos décadas después.
