Si alguna vez sentiste que todas las películas de Studio Ghibli tienen algo en común (además de hacerte llorar o suspirar), no estabas equivocado. Este legendario estudio japonés, fundado por Hayao Miyazaki e Isao Takahata, ha desarrollado una serie de elementos narrativos y visuales que aparecen una y otra vez… y que, honestamente, amamos ver una y otra vez.
PUBLICIDAD
Te puede interesar: [Increíble, pero cierto: Por primera vez, una película de Studio Ghibli estará disponible en streaming dentro de Japón]
Te contamos las 10 cosas que Studio Ghibli repite en todas sus películas, como solo ellos saben hacerlo: con magia, rarezas adorables y un toque de existencialismo que ni Freud se esperaba.
1. Personajes que no hablan pero se ganan tu corazón
Desde Totoro hasta el Espíritu del Bosque, Ghibli tiene una fijación con criaturas gigantes, mudas y misteriosas… que resultan ser los mejores compañeros de viaje. Puede que no hablen, pero dicen más con una sonrisa (o rugido) que muchos con palabras.
2. Escenas de la naturaleza que no apuran nada (y menos mal)
Mientras otras pelis corren para llegar al final, Ghibli te regala segundos (a veces minutos) de viento entre árboles, lluvia suave o el silencio del campo. No pasa nada… y sin embargo, pasa de todo. Es como un abrazo visual.
3. Criaturas raras que dan ternura y miedo a la vez
¿Los duendecillos de hollín? ¿Los Kodama? ¿Los bichos que aparecen en la esquina de la pantalla y susurran cosas raras? Ghibli los inventó, los hace espeluznantes al principio… y después querés un peluche de cada uno.
4. Todos se tropiezan, corren raro o se caen
Nada de movimientos perfectos: los personajes en Ghibli corren torpemente, se tambalean, resbalan… como vos en un lunes lluvioso. Esta imperfección los hace más humanos y adorables.
PUBLICIDAD
5. Padres y madres que también pierden la paciencia
Sí, los papás en Ghibli son reales, con frustraciones, enojos y momentos de flaqueza. Como Lisa en Ponyo, que explota con su marido y luego se recompone con cariño y resiliencia.
6. Horror corporal (sí, Ghibli también puede dar miedo)
Desde Ashitaka consumido por una maldición hasta la bruja derritiéndose como queso en el castillo de Howl, hay momentos inquietantes y grotescos que te recuerdan que no todo es tierno en estos mundos mágicos.
7. Transformaciones rarísimas (y nada bonitas)
Las pelis de Ghibli tienen transformaciones de humanos a animales que no son nada simpáticas. ¿Chihiro viendo a sus padres convertirse en cerdos? Pesadilla garantizada.
8. Personajes que se vuelven monstruos de un segundo a otro
¡Cuidado con confiarse! Sin Rostro, Nago, o incluso algunos dioses del bosque pueden cambiar de forma brutal e inesperada. A veces es triste. A veces da miedo. Siempre impacta.
9. Rostros inexpresivos que igual te hacen sentir algo
¿Te incomoda mirar personajes que no muestran emociones? Ghibli lo sabe y lo usa. Sin Rostro y el Espíritu del Bosque no cambian su cara, pero transmiten más que muchos actores ganadores del Oscar.
Te puede interesar: [10 escenas icónicas del anime que marcaron un antes y un después]
10. Las formas malditas que parten el alma
Ghibli no se anda con vueltas: las maldiciones físicas son intensas, feas y significativas. Desde Howl perdiéndose en su forma de bestia, hasta Nago convertido en demonio, cada una tiene un peso emocional y simbólico importante.