Pasó el capítulo 16 de Dragon Ball Daima y estábamos esperando un tiempo prudente para hablar, con spoilers, de lo que sucedió en las más recientes aventuras de los Guerreros Z por el Reino Demoniaco. Quedó claro un asunto por resolver: al final el villano principal del anime de Akia Toriyama será el Rey Gomah. Lo demostró con su más reciente transformación, de la que vamos a hablar en esta reseña.
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El Rey Gomah se transformó en un ser gigante y con muchos músculos, después de que fuera una persona pequeña y hasta cierto punto inofensiva para Goku, Vegeta y Piccolo.
Muchos pensaron (me incluyo en este grupo) que los villanos saldrían de los experimentos que hicieron Marba y Arinsu, creando nuevas versiones de Majin Buu. Sin embargo, en los más recientes episodios explicaron de la existencia de un artefacto llamado Tercer Ojo Maligno, que otorga poderes impresionantes a su portador.
El último ser en tener el Tercer Ojo Maligno en su poder había sido Abra, padre de Dábura y antiguo monarca del Reino Demoniaco, antes de que su propio hijo conspirara en su contra.
Dábura, a quien conocimos en Dragon Ball Z, conspiró para robarle el Tercer Ojo Maligno a su padre y este artefacto estaba perdido. La leyenda indica que este dispositivo, que había pertenecido a los reyes supremos del Reino Demoniaco, te da un poder que excede los propios límites de su portador.
El Rey Gomag y su transformación
Después de las gestiones de Degesu, con una nueva waifu que aparece en Dragon Ball Daima, esta logra encontrar el Tercer Ojo Maligno, que estaba en el cinturón de Hybis, el sirviente del reinado del papá de Panzy.
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Esta nueva mujer lleva el ojo al Rey Gomah y le pide que se lo introduzca en el medio de la frente, lo que termina provocando la transformación en un ser gigante y, esperemos, muy poderoso.

Quedan cuatro episodios de Dragon Ball Daima. Serán dedicados a las conclusiones de lo que esperamos que sea la primera de muchas temporadas.