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NVIDIA iba a quebrar en 1996 y SEGA los salvó: Shoichiro Irimajiri sembró el futuro de todo

Shoichiro Irimajiri, presidente de SEGA, no rescató a su compañía con la Dreamcast, pero sí dio vida a NVIDIA.

SEGA y NVIDIA coincidieron con la Dreamcast.
Imagen: TechSpot | SEGA y NVIDIA coincidieron con la Dreamcast.

¿Tuvieron oportunidad de probar la SEGA Dreamcast cuando salió al mercado a finales de los 90? Haber vivido esa experiencia exige cierto rango de edad, pero quienes estuvieron presentes en ese momento histórico confirmarán que la sensación era inconfundible: probar ese aparato nos hacía sentirnos en el futuro. Fue algo muy adelantado a su tiempo y obviamente eso llevó a hundir a la compañía japonesa. Pero lo que no sabíamos es que NVIDIA casi también quebró por culpa de la consola.

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Hoy por hoy NVIDIA, gracias a su negocio de tarjetas gráficas y la fiebre por el minado de criptomonedas, es la tercera empresa más valiosa del mundo. Su logo, marca y nombre son más que reconocibles, pero hace casi tres décadas las cosas no eran así.

La empresa tiene "exceso de inventario" con las tarjetas gráficas de juegos.
Nvidia La empresa tiene "exceso de inventario" con las tarjetas gráficas de juegos. (NurPhoto/NurPhoto via Getty Images)

Resulta sorprendente saber que la compañía estuvo a punto de desaparecer en 1996, apenas tres años después de su fundación. Y esa potencial debacle era cortesía absoluta de las ambiciones de SEGA, quienes querían ganar la guerra de consolas con la Dreamcast a toda costa.

La gran ironía y curiosidad es que derivado de esa coyuntura también se suscitó un entrañable e inesperado acto de generosidad por parte de un ejecutivo de SEGA que en ese momento salvó a NVIDIA del colapso total.

SEGA y NVIDIA: un matrimonio condenado al fracaso

Los amigos de Live Mint han desempolvado los detalles de esta historia, que cobra aún más relevancia al considerar que SEGA también se encontraba en una situación crítica en ese entonces; bajo la presión de superar a Nintendo con la presencia de Sony y su demoledora PlayStation en el mercado rompiendo todos los récords.

NVIDIA había sido fundada apenas en 1993 y pocos años después obtuvieron un contrato jugoso que parecía que se convertiría en el momento clave para finalmente despegar: la comisión para desarrollar la GPU de la Dreamcast. Pero las cosas se complicaron rápidamente.

Si bien el trabajo previo de la firma con la creación de unidades GPU de bajo consumo les había dado experiencia en la fabricación de chips energéticamente eficientes, estos diseños no cumplían con las especificaciones de alta gama que SEGA requería para la Dreamcast, que se lanzaría en 1998.

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Sega Dreamcast. Lanzada el 27 de noviembre de 1998. Foto: Sega

Ante esta situación, el contrato entre ambas empresas parecía condenado al fracaso. Ya que NVIDIA había invertido una gran cantidad considerable de tiempo y dinero en investigación y desarrollo, pero no tenía un producto final que cumpliera con las expectativas de los japoneses.

Esto colocó al CEO de NVIDIA, un joven Jensen Huang, en una posición difícil, viéndose obligado a confesar a SEGA que no podían entregar la GPU acordada, solicitando aún así el pago completo del contrato, ya que de no obtener el dinero se irían a la bancarrota. Fue ahí donde sucedió un milagro.

Cómo el presidente de SEGA salvó a NVIDIA de la bancarrota

Contra todo pronóstico NVIDIA recibió en cierto modo el pago por su intento fallido de desarrollar la GPU para la Dreamcast, todo gracias a la intervención del entonces CEO de SEGA America, Shoichiro Irimajiri, quien conocía y respetaba a Huang, de modo que decidió que la empresa japonesa invertiría USD $5 millones en la compañía de tarjetas gráficas para salvarla de la quiebra.

Ese dinero a final de cuentas se convirtió en la semilla que no sólo salvó a la compañía, sino que también sentó las bases para el imperio que ha establecido hasta nuestros días. Si bien Irimajiri finalmente dejó sus cargos ejecutivos en Sega, esta inversión resultó ser muy rentable.

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Al final de todo el recorrido, saliendo de ese aprieto y con los nuevos proyectos firmados por NVIDIA, SEGA terminó recuperando la inversión por triplicado, obteniendo ganancias de USD $15 millones, lo que ayudó a la empresa durante su salida del negocio de las consolas.

Al final fue un acto de amistad y camaradería lo que salvó a NVIDIA. Si bien la Dreamcast no sobrevivió sí serían responsables del nacimiento de una compañía que hoy en día es legendaria.

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