El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha iniciado conversaciones con SpaceX para explorar la posibilidad de tomar el control de Starship en misiones estratégicas.
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A diferencia de contratos anteriores, donde el Pentágono simplemente contrataba lanzamientos, la propuesta actual es operar Starship como un activo de propiedad militar cuando sea necesario.
Gary Henry, excomandante de la Fuerza Aérea y asesor de SpaceX en asuntos de Seguridad Nacional, confirmó estas conversaciones durante la Conferencia de Movilidad Espacial de Orlando.
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Se enfocaron en misiones específicas con riesgos elevados o usos potencialmente peligrosos, y SpaceX está evaluando si puede adaptarse a las necesidades del Departamento de Defensa.
Activo militar gubernamental
El interés del Pentágono en Starship ya se había manifestado con la contratación de la misión Rocket Cargo, donde SpaceX se compromete a entregar hasta 150 toneladas de carga en minutos.
En estas nuevas negociaciones, el Departamento de Defensa busca la posibilidad de utilizar Starship como un vehículo de transporte militar propiedad del gobierno, o incluso como un “avión de cola gris”, una propiedad temporal prestada para misiones específicas.
Consideraciones estratégicas
El coronel Eric Felt de la Fuerza Aérea sugiere que, aunque prefieren comprar servicios comerciales, podría haber casos en los que sea necesario que el vehículo sea propiedad del gobierno y operado por el mismo. Esta flexibilidad permite ajustarse a diversas necesidades y escenarios operativos.
Ventaja estratégica de Starship
Starship destaca como el cohete más grande y potente del mundo, diseñado para ser totalmente reutilizable. Su capacidad para aterrizar y volver a volar rápidamente otorga una ventaja estratégica a Estados Unidos frente a China, que se encuentra rezagada en tecnología de lanzadores reutilizables.
Desafíos para SpaceX
Aunque ceder algunas Starships al Pentágono puede parecer un paso lógico, plantea desafíos significativos para SpaceX. La compañía planea fabricar mil Starships en las próximas dos décadas, y esta colaboración podría influir en el futuro de la exploración espacial y, potencialmente, en la definición de una futura guerra espacial.
En resumen, las negociaciones entre SpaceX y el Departamento de Defensa sobre el uso estratégico de Starship revelan la importancia de esta nave en el ámbito militar y su potencial impacto en la geopolítica espacial.