La sexta temporada de Black Mirror ha llegado para tocar temas muy oscuros como la familia, el tiempo, la relación máquina persona, medios de comunicación y... ¿los términos y condiciones?. Este último factor, el cual casi ninguna de las personas lee antes de aceptarlos, puede pasarnos factura y el primer episodio de la nueva entrega nos alerta de ello.
Imagínate que un día inicias sesión y encuentras una parodia de lo que es tu vida. En cada momento del día muestran a millones de consumidores lo “malo” u “horrible” que puedes llegar a ser enfrascándote en una vida sin privacidad.
“Joan es horrible”, más allá de mostrarnos una super cuántica que crea escenarios de manera inmediata y simulando realidad, el episodio nos deja claro las debilidades que tienen los seres humanos al momento de ser vigilados.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/metroworldnews/KL74UO4WKNHGFGXCNPAGHZZEPQ.png)
Alerta de spoiler
Al no tener conciencia de la información que brindamos a una aplicación, incluyendo nuestra identidad, esta industria podría aprovecharse para generar series o películas que destruyan al común de los mortales llevándolo a realizar actos repudiables por un poco de atención.
Ni siquiera los abogados o una suplica de una estrella del espectáculo a la marca en cuestión puede evitar que tu vida sea un show más. “Joan es horrible” nos deja un mensaje entre línea de lo vulnerables y “confiados” al no leer los contratos que terminamos por firmar o aceptar por acceder a un beneficio o servicio.
Streamberry es la aplicación de streaming que está detrás de todo ello, pero lo perturbador salta a la vista cuando posee el mismo intro e interfaz que la mayor marca de contenido del mundo: Netflix.
Joan es Horrible no destaca como el mejor episodio de toda la franquicia pero sí construye una retórica de nuestra relación con los medios, contenido que consumimos y aparatos tecnológicos y el desenlace que puede darle a lo más preciado en nuestra vida: la privacidad.