Hoy es impensable no contar con un buen refrigerador o nevera en tu cocina. Está demostrado que la refrigeración de alimentos a una temperatura óptima tiene un papel fundamental a la hora de mantener esa inocuidad. En muchos casos resulta necesario controlar y mantener la temperatura de conservación, las cuales serán diferentes para cada tipo de producto.
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Es sabido que, si disminuimos la temperatura de conservación de los alimentos perecederos, conseguiremos reducir notablemente la velocidad de reproducción de la inmensa mayoría de microorganismos. Estos, son los causantes de la descomposición, favoreciendo la pérdida de la calidad del producto y de generar posibles enfermedades en los consumidores.
Otro artefacto que en estos días, donde el tiempo se nos hace escaso para realizar todas las tareas que tenemos a diario, y que se ha transformado en indispensable, es el horno microondas. Pero ya hablaremos de él.
Por ahora, sigamos con el refrigerador, cuya tecnología ha avanzado tanto en los últimos años que ahora hasta vienen con la opción de conectarse al wifi. ¿Qué te parece?
La oferta de refrigeradores es tan grande como variadas son las necesidades de cada usuario. Los hay pequeños, medianos y grandes –todo de acuerdo al espacio que le tienes designado-, con el congelador –o freezer, como lo llamamos comunmente- separado o integrado, con opción de desfrost –que impide la formación de hielo- y sin ella, y hasta en diferentes colores. Y, aunque no lo creas, también hay modelos cuyas funciones puedes controlar con tu celular, como el encendido y el control de temperatura.
Al igual que todos los artefactos que tienes en tu casa, el refrigerador necesita ciertos cuidados para que dure. Aquí van algunos consejos:
-Ajusta la temperatura: apenas conectes el refrigerador, colócalo a temperatura media. Siempre ten en cuenta que si no necesitas algo rápido, lo mejor es la temperatura media para un gasto de energía eficiente.
-Colócalo distanciado de la pared: al menos 10 cm de cada lado, así el refrigerador no trabajará de más por el calor que disipa a su alrededor.
-No guardes alimentos calientes: espera a que estén a temperatura ambiente, así el motor no trabaja más de lo necesario.
-No lo mantengas abierto durante muchos minutos: esto puede cortar la refrigeración, y gastar más corriente.
-Limpia cualquier líquido que se caiga en el refrigerador: si no limpias con rapidez, el líquido puede pasar al interior de las paredes y obstruir la refrigeración.
Ahora bien, ya sea que buscas un refrigerador chico, uno grande, uno con conectividad o uno de acero inoxidable o tecnología no frost, ten en cuenta que debes escoger el que mejor se adapte a tu estilo y necesidades.
EL MICROONDAS, UN SALVAVIDAS
El microondas es un electrodoméstico al que siempre recurres por ser bastante cómodo y rápido de usar y que sirve para casi todo, para descongelar, calentar e, incluso, gratinar comida.
Como siempre estamos apurados, la existencia de este aparato es vital para ayudarnos a enfrentar el tráfago diario. Con él puedes no sólo calentar la comida que ya estaba preparada, sino que te ayuda, por ejemplo, a descongelar más rápido algún alimento que tienes en el congelador.
Oh, y también puedes cocinar un platillo más rápido que con cualquier otro artefacto.
Lo único que tienes que hacer es elegir bien el tiempo y listo.
Sin embargo, como en el caso del refrigerador, su cuidado también es muy relevante, no sólo para su durabilidad, sino que también para preservar la calidad de los alimentos. Es decir, tienes que preocuparte de la limpieza. ¿Quieres algún consejo al respecto? Ahí van:
Entre los métodos naturales se encuentran el limón y el vinagre y, entre los químicos, el limpiavidrios y el líquido que usamos para lavar los platos.
Pero ojo, nunca utilices estropajos de fibra ni metálicos, puesto que, además de dañar el interior del microondas, pueden dejar restos del utensilio dentro e incendiarse con el calor que desprende el electrodoméstico.
La mejor manera de limpiar el microondas es usando un paño de cocina sin hilos que se puedan desprender, una esponja o simplemente papel de cocina.
Te decíamos que el limón y el vinagre son dos ingredientes ideales para este caso. Pon un limón partido por la mitad en un bol con un poco de agua y caliéntalo durante un minuto dentro del microondas a máxima temperatura. La idea es que el vapor que genere, se deje actuar durante unos cinco minutos, aproximadamente, para que se impregnen bien las paredes. Luego límpialo con un paño.
Con el vinagre pasa más o menos lo mismo, sólo que hay que dejar que el vapor ejerza su función durante más tiempo, unos 10 minutos, aproximadamente. De este modo, las manchas secas más complicadas de eliminar, saldrán sin ningún tipo de esfuerzo.
Finalmente, y aunque los químicos pueden ser contraproducentes si no son específicos para este electrodoméstico y no son tan sostenibles como los métodos naturales, los limpiavidrios y el líquido que utilizas para lavar los platos son buenos contra la grasa acumulada en tu microondas.
Sin embargo, hay una trampita que debes saber. Si eliges el limpiavidrios, es importante que desenchufes el microondas, puesto que su calor podría producir gases nocivos para la salud. Pero si optas por el lavaloza, tienes que calentar dentro del electrodoméstico un recipiente con agua y una cucharada del líquido lavaloza.
Esperamos que estos consejos te ayuden.