Si te suena lejano o confuso todo este revuelo del cometa 3I/ATLAS, no estás solo. Su nombre parece sacado de un manual técnico, y su historia suena más a ciencia ficción que a astronomía cotidiana. Pero lo cierto es que este visitante cósmico tiene en vilo a la comunidad científica, y con razón: no todos los días se asoma un objeto interestelar por el vecindario solar.
Te puede interesar: [Uno de los principales problemas de la IA sigue sin una respuesta clara: El calor]
Detectado por primera vez el 1 de julio de 2025, el 3I/ATLAS ha sido seguido de cerca por la NASA desde entonces. ¿Qué tiene de especial? ¿Por qué lo estudian con tanto detalle? Aquí van cinco claves para entender por qué este cometa no es “uno más”.
1. Viene de otro sistema solar
Sí, literalmente de otro rincón del universo. A diferencia de los cometas habituales que orbitan alrededor del Sol, el 3I/ATLAS tiene una trayectoria hiperbólica, lo que significa que su visita es única: entró, pasa cerca… y se va para no volver.
Esa ruta abierta y veloz es lo que lo define como un objeto interestelar, y lo convierte en un verdadero trozo errante del cosmos.
2. No es solo un “bloque de hielo flotante”
A medida que se acerca al Sol, 3I/ATLAS se vuelve activo. ¿Qué significa eso? Que su núcleo helado comienza a liberar gases y partículas, formando esa característica “coma” (esa nube brillante que rodea a los cometas).
Los telescopios han detectado que libera agua, dióxido de carbono y monóxido de carbono, lo que da pistas sobre su composición y sobre el entorno del sistema estelar del que proviene.
3. Es un VIP astronómico: el tercero en su especie
Antes de 3I/ATLAS, solo dos objetos interestelares habían sido confirmados por la ciencia:
- 1I/‘Oumuamua (2017), famoso por su forma alargada y misteriosa.
- 2I/Borisov (2019), más parecido a los cometas que ya conocemos.
Ahora, con este nuevo “invitado”, los científicos tienen una oportunidad de oro para comparar y entender mejor cómo son los cometas más allá de nuestro sistema solar.
4. Se acercará a la Tierra… pero no demasiado
Marca esta fecha: 19 de diciembre de 2025. Será el momento de máximo acercamiento del cometa, cuando pase a unos 270 millones de kilómetros de la Tierra (1.8 veces la distancia Tierra-Sol).
Tranquilidad: no representa ningún peligro. Pero sí es una buena oportunidad para que los instrumentos terrestres (y no solo) capten más datos.
5. No solo la Tierra lo mira: Marte también
El 3I/ATLAS no solo está siendo observado desde telescopios como el Hubble o el James Webb, sino que incluso sondas y rovers en Marte, como Perseverance o Psyche, están atentos al cometa.
Esto permite estudiarlo desde múltiples ángulos y ampliar la cantidad de datos disponibles sobre su comportamiento y composición.
Te puede interesar: [La trayectoria del 3I/ATLAS podría hacer que tenga un “encuentro” que altere su rumbo]
¿Y ahora qué?
Con su paso cada vez más cercano, el cometa 3I/ATLAS seguirá siendo el centro de atención para los astrónomos. Por ahora, su visita fugaz nos recuerda que el universo está lleno de sorpresas, y que cada tanto, un pedacito de otro sistema solar se cuela en el nuestro… para dejar pistas sobre lo desconocido.

