Un nuevo estudio de la Universidad de Harvard sugiere que los niveles bajos de litio en el cerebro podrían ser un factor que desencadena la enfermedad de Alzheimer.
Este hallazgo abre una vía prometedora para un diagnóstico mucho más temprano y propone la suplementación dietética como una posible estrategia de prevención y tratamiento en las etapas iniciales de la enfermedad.
El vínculo entre un oligoelemento y la enfermedad
Durante décadas, el litio (un oligoelemento y estabilizador del estado de ánimo) ha sido estudiado por sus efectos neuroprotectores. Sin embargo, este nuevo estudio liderado por investigadores de Harvard establece una conexión directa y crítica: la deficiencia de litio en el cerebro.

La investigación sugiere que la falta de litio podría estar implicada en la cascada de eventos que llevan a la acumulación de la proteína Tau y las placas beta-amiloide, consideradas las principales características patológicas del Alzheimer.
La importancia de este hallazgo radica en que el litio podría ser un biomarcador accesible. Monitorear los niveles de litio en el cerebro, especialmente en personas con riesgo genético o síntomas muy tempranos, podría convertirse en una herramienta clave para la detección precoz.
Microdosis que podrían salvarte
El estudio plantea que la suplementación con microdosis de litio (mucho menores a las utilizadas en psiquiatría) podría ayudar a mitigar el desarrollo del Alzheimer, actuando como un escudo neuroprotector que ayuda a mantener las funciones cognitivas.

El desafío ahora es desarrollar métodos no invasivos y precisos para medir los niveles de litio en el cerebro humano de forma rutinaria. Este enfoque se aleja de los tratamientos agresivos enfocados en etapas avanzadas y se centra en la prevención temprana y la modulación de procesos químicos cerebrales.

