Científicos españoles e internacionales descubrieron restos de una necrópolis romana, en un yacimiento arqueológico ubicado en una localidad española conocida como Macael Viejo, provincia de Almería.
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Parece un hallazgo más de la presencia del Imperio Romano en diferentes parte de Europa, pero lo impactante de este descubrimiento es que se pensaba que la población más antigua que había en el sitio, eran los mismos andalusí, por una alquería que había sido encontrada hace años.
Ahora, la historia de la región tiene evidencias más antiguas de asentamiento de humanos, que se remontan a épocas más antiguas.
De acuerdo con lo que reseña National Geographic, en el hallazgo encontraron tumbas y vestigios funerarios de época romana, algunos de los cuales se conservaban intactos bajo siglos de historia.
Este descubrimiento no solo confirma que hubo presencia romana en la zona, sino que ofrece por primera vez pruebas tangibles de una infraestructura funeraria de ese periodo. Fragmentos de cerámica, posibles ajuares y estructuras de enterramiento están saliendo a la luz gracias a las excavaciones iniciadas en 2019 y dirigidas por el arqueólogo Santiago Moreno.
“Los musulmanes vieron las ruinas romanas de Macael Viejo y se asentaron aquí sabiendo que había habido una población previa”, dijo Moreno, en una entrevista a la cadena Ser, que cita el sitio antes mencionado.
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La importancia de esta necrópolis va más allá de su valor como testimonio material. Los investigadores creen que este tipo de hallazgos puede cambiar nuestra comprensión sobre cómo se asentaron los romanos en las regiones del sureste peninsular y cómo esas mismas tierras fueron reutilizadas siglos más tarde por las comunidades islámicas medievales.
Es, en pocas palabras, una línea directa entre dos mundos que convivieron en el mismo suelo, separados por cientos de años.
El yacimiento de Macael Viejo se convierte así en una especie de cápsula del tiempo que revela la continuidad y transformación de los paisajes humanos.
Para los arqueólogos, se trata de una oportunidad única: excavar no solo para descubrir, sino también para conservar, restaurar y compartir un capítulo poco conocido de nuestra historia.