Un equipo de arqueólogos marinos se sumergieron en las profundidades del lago Arendsee, situado en el estado de Sajonia-Anhalt, Alemania, para ir por los restos de un barco con 800 años de antigüedad. Lo llamativo de este hallazgo, fue que tras identificar las partes de la embarcación y los objetos que habían adentro, los investigadores volvieron a hundir el navío.
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¿Qué pasó? ¿Por qué tomaron esa decisión? Uno de los hallazgos de esta embarcación de a era medieval, es que había una enorme cantidad de huesos adentro. Los datos científicos revelan que el barco era usado para el transporte de personas, y cuando se hundió es muy probable que estuviese realizando uno de sus viajes.
Tomar la decisión de hundirlo no tiene nada que ver con los huesos, maldiciones o cosas esotéricas. Expertos de la Oficina Estatal de Preservación de Monumentos y Arqueología de Alemania indicaron que la razón para volver a hundirlo, es porque está fabricado completamente de madera.

Entonces, al estar afuera expuesto al mundo que está por encima del agua, se somete a un deterioro irreversible. Mantenerlo hundido después de la investigación y análisis, es lo mejor para estos restos, ya que pueden volver siempre que puedan, para investigar cosas nuevas.
Este barco navegó las aguas del lago Arendsee en el siglo XIII. Lo descubrieron en 1990, gracias a que un par de buzos recreativos lo descubrieron. 35 años después, científicos de la organización antes mencionada, bajaron hacia las profundidades para analizarlo.
Los expertos dijeron que estaba hundido 35 metros bajo el agua, en un lago que tiene 55 metros de profundidad. Las estimaciones basadas en los hallazgos revelaron que el barco tiene 12,50 metros de largo, 2,50 metros de ancho y aproximadamente un metro de alto, reseña National Geographic.

