Un yacimiento arqueológico de la localidad de Aiano, en la región italiana de Toscana, cobró reconocimiento por un reciente hallazgo que dejó sorprendida a la comunidad científica. Después de un arduo trabajo de excavación hallaron los restos de una bodega de vino, que se producía a gran escala, de una antigüedad de aproximadamente 1.600 años.
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En teoría, esta bodega es del siglo IV, cuando esta localidad era parte del inmenso Imperio Romano. El hallazgo lo hicieron integrantes de un equipo de arqueólogos de la Universidad Católica de Lovaina, con sede en Bélgica. Encontraron al menos 30 tinajas granees que se usaban para guardar, y conservar, el vino cosechado en zonas cercanas.
Además de las 30 tinajas, habían dos cuencas de decantación, informó El Cronista. Algo que sorprendió a los expertos es que el tamaño de la bodega era lo suficientemente grande como para que cupiesen unos 50 recipientes, lo que los hace pensar que se trataba de una organización que surtía de vino a todo el pueblo y quizás a las localidades aledañas.
¿Desde cuándo existe el vino?
El primer vino de la humanidad tiene sus orígenes hace más de 7.000 años. La evidencia más antigua de la producción de esta hermosa bebida se ha encontrado en la región del Cáucaso, en lo que hoy es Georgia. En esta localidad se han descubierto restos de uvas fermentadas en vasijas de cerámica que datan aproximadamente del 6.000 a.C.
El más añejo de la actualidad es de una fecha que coincide con los recientes hallazgos de los arqueólogos belgas. Se trata del famoso vino de Speyer, también conocido como la “botella de vino de Speyer” o “Römerwein”, que data de alrededor del siglo IV d.C. Fue descubierto en 1867 dentro de una tumba romana en la región de Renania-Palatinado, Alemania, cerca de la ciudad de Speyer.