Ciencia

¿Por qué la música triste es más placentera? La ciencia nos da una respuesta

A desempolvar mis discos.

¿Por qué la música triste es más placentera? La ciencia nos da una respuesta

La música ha sido utilizada por las personas durante miles de años como una herramienta para mejorar su estado de ánimo, emociones y bienestar general. Su capacidad para conectar con nuestras emociones más profundas y generar cambios fisiológicos y psicológicos en nuestro cuerpo, son una vía de escape para muchos.

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La música en nuestra vida diaria nos permite experimentar una amplia gama de beneficios que contribuyen a una mejor calidad de vida, como la reducción del estrés, el alivio del dolor, nos da motivación y energía, e incluso nos permite dormir mejor y desarrollar nuestro aprendizaje.

Por otro lado, muchas personas afirman que la música que les gusta también puede provocarles tristeza. Esta idea ha desconcertado a los investigadores musicales durante mucho tiempo, quienes se preguntaban cómo se puede disfrutar con tanto entusiasmo de una actividad que produce una emoción negativa.

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En ese espíritu, un nuevo estudio publicado en la revista científica Plos One sugiere que algunas personas realmente disfrutan de la tristeza. La investigación indica que las emociones negativas que se sienten al escuchar música pueden producir placer.

“Es paradójico pensar que puedes disfrutar de algo que te hace sentir una emoción negativa”, dice el profesor Emery Schubert, autor del estudio del Laboratorio de Musicología Empírica de la Escuela de Artes y Medios de Arte, Diseño y Arquitectura de la Universidad australiana UNSW. “Pero esta investigación muestra la primera evidencia empírica de que la tristeza puede afectar positivamente y directamente el disfrute de la música”.

De Beethoven a Taylor Swift

Para el estudio, 50 participantes, principalmente estudiantes universitarios de música, seleccionaron una pieza musical que les evocaba tristeza y que al mismo tiempo les encantaba.

Las piezas incluían clásicos desde Ludwig van Beethoven hasta éxitos modernos de Taylor Swift. No se les indicó explícitamente que eligieran música en la que disfrutaran de la tristeza.

Luego se les pidió a los participantes que intentaran que la tristeza “desapareciera” al escuchar esa música. La mayoría de ellos lo lograron.

Después de la eliminación imaginada de la tristeza, se preguntó a los participantes si les gustaba la pieza musical de manera diferente: el 82% dijo que eliminar la tristeza reducía su disfrute de la música.

“Los hallazgos sugieren que la tristeza que se siente al escuchar música puede realmente gustar y puede aumentar el placer de escucharla”, afirma el profesor Schubert.

Puede haber muchas razones por las que la gente disfruta de una música que les entristece. “Una explicación tiene que ver con el juego”, afirma. “Experimentar una amplia gama de emociones en un entorno más o menos seguro podría ayudarnos a aprender a afrontar lo que encontramos en el mundo”.

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