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Inteligencia artificial vs. humanos: cuatro rasgos exclusivos de las personas que son imposibles para la IA

Larga vida a la raza humana.

La inteligencia artificial causa temor en especialistas
La inteligencia artificial causa temor en especialistas Getty Imágenes (Colin Anderson Productions pty l/Getty Images)

Los rasgos exclusivos que diferencian a los humanos de la inteligencia artificial (IA) son fascinantes y nos invitan a reflexionar sobre la singularidad de nuestra especie en pleno auge de las máquinas y plataformas impulsadas por esta tecnología.

A continuación, con información de 24 Horas, exploraremos cuatro de estos atributos distintivos que hacen de los humanos seres únicos en comparación con la IA.

La generación espontánea

La generación espontánea de acciones y conocimiento es una característica distintiva de los seres humanos. A diferencia de la inteligencia artificial, que sigue rigurosamente las instrucciones predefinidas, el ser humano posee una chispa creativa que le permite concebir nuevas ideas, historias, y expresiones artísticas.

Esta capacidad creativa es un pilar fundamental de la cultura humana. A través de la creatividad, los individuos dan forma a su identidad y crean nuevas formas de conocimiento que enriquecen la sociedad en su conjunto. Es esa capacidad para improvisar, adaptarse y generar ideas de manera espontánea lo que hace que el ser humano sea una fuerza innovadora en el mundo.


Las personas con mayor coeficiente intelectual suelen sobreanalizar todo
Las personas con mayor coeficiente intelectual suelen sobreanalizar todo (Unsplash)

El juicio ético

Otro rasgo que separa a los humanos de la inteligencia artificial es la presencia de un juicio ético intrínseco. A diferencia de las máquinas, los seres humanos no solo siguen reglas preestablecidas, sino que también tienen la capacidad de reflexionar sobre lo que es moralmente correcto o incorrecto. La ética en el ser humano es una fuerza impulsora que guía las decisiones y acciones con base en el discernimiento entre el bien y el mal.

Aunque se pueda programar a la inteligencia artificial para seguir ciertas normas éticas, esta carece de una comprensión profunda y auténtica de la moralidad. La ética humana va más allá de las directrices y se nutre de una compleja red de valores, experiencias y empatía que influyen en nuestras elecciones cotidianas.

La intención y la responsabilidad moral

La intención es un elemento crucial en la acción humana y está íntimamente ligada a la responsabilidad moral. A diferencia de la inteligencia artificial, que realiza tareas siguiendo estrictamente su programación, los seres humanos toman decisiones con una intención consciente y asumen la responsabilidad por las consecuencias de sus actos.

La filósofa Elizabeth Anscombe resalta en su obra “Intención” que la intención no puede reducirse a meros deseos o estados psicológicos, sino que es un componente esencial de la acción humana. Esta característica nos define como seres éticos y nos permite evaluar la moralidad de nuestras acciones con base en nuestras intenciones.

Ten confianza al salir y relacionarte con otras personas
Ten confianza al salir y relacionarte con otras personas (Unsplash)

Emociones y experiencia humana

Quizás uno de los rasgos más distintivos de los humanos es nuestra capacidad para experimentar emociones y tener una vida interior rica y compleja. Las emociones son una parte esencial de nuestra experiencia humana y nos conectan con otros individuos de manera profunda.

Mientras que la inteligencia artificial puede simular respuestas emocionales, carece de una experiencia interna genuina. Los humanos, por otro lado, experimentan una amplia gama de emociones que afectan nuestra percepción del mundo y nuestra toma de decisiones.

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