La erupción de La Palma, ocurrida entre septiembre y diciembre de 2021 en las Canarias, España, dejó daños multimillonarios en la zona. Miles de personas se quedaron sin hogares cuando 159 metros cúbicos de lava cubrieron más de 12 kilómetros cuadrados. Es uno de los eventos de volcanes más impresionantes en tiempos recientes.
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Pero el hecho también sirvió para que un grupo de científicos pudieran utilizar rayos láser, con el fin de pronosticar el comportamiento de los volcanes en el futuro.
Un equipo de la Universidad de Queensland, encabezado por la doctora española Teresa Ubide, desarrolló esta nueva técnica. Consiste en la “espectometría de masas cuádruple de plasma acoplado inductivamente por ablación láser”, similar a la cirugía ocular con láser.
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El magma proporciona información clave sobre cómo pueden entrar en erupción los volcanes y qué flujos de lava pueden ocurrir.
Como explica Ubide, no todas las erupciones van acompañadas de un flujo de lava, y también hay flujos de distinta viscosidad.
Los rayos láser para el estudio de los volcanes
Aquí es donde entra el uso de rayos láser.
“Los cambios químicos que ocurren dentro de la porción líquida del magma durante una erupción volcánica son bastante increíbles”, afirmó Ubide en un comunicado. “El magma se compone de líquido fundido, gas y cristales que se combinan dentro del volcán”.
Para observar mejor su química, los científicos usaron láser para sacar cristales del camino.
“A menudo hay tantos cristales entrometidos que el magma parece un camino pedregoso, y es difícil observar su química”, señala la experta. “Para sacar estos cristales del camino explotamos el fundido enfriado, que se conoce como matriz de roca, con un láser como los que se usan para la cirugía ocular”.
Posteriormente, los investigadores analizan el material, midiendo su composición química.
La información recopilada ayudará a informar en el futuro sobre el monitoreo de los volcanes y la gestión de riesgos.