Para sorpresa (y dolor) de muchos descubrimos que las plantas en realidad actúan muy similar a cualquier mamífero cuando siente dolor, es dañado o se encuentra bajo una situación de presión extrema.
La biología ha tenido avances interesantes en los últimos años, por lo menos en lo que refiere a la manipulación y mejora de plantas o semillas.
Ahí está el caso de aquel grupo de científicos que pudo crear plantas capaces de brillar en la oscuridad, mediante la manipulación de su ADN.
Pero ahora el más reciente hallazgo en este terreno apunta a una dirección diametralmente opuesta que nos ayudará a comprender mejor el dolor y sensibilidad de las plantas que tenemos en nuestro hogar.
Ya que resulta que todas y cada una de ellas es capaz de sentir y reaccionar con gritos ultrasónicos, imperceptibles para el oído humano, cada que son lesionadas, heridas o violentadas.
Las plantas gritan pero los humanos no podemos oírlas
Un estudio publicado por la revista Cell ha descubierto que las plantas pueden emitir clics agudos cuando están estresadas por sequías, infecciones o cortes. Dichos sonidos tendrían el volumen de una conversación humana normal, pero estos “clics ultrasonícos” son tan agudos que resulta imposible escucharlos.
Así lo explica Lilach Hadany, autora principal del estudio y bióloga y teórica evolutiva de la Universidad de Tel Aviv, detallando cómo registraron el ruido ultrasónico generado por plantas de tomate, tabaco y cactus cuando estaban sanas o estresadas por sequía, infección o corte:
“Los humanos generalmente escuchan hasta 16 kilohercios. Estos sonidos en su mayoría van entre los 40 y 80 kilohercios. Se necesitan equipos específicos como micrófonos ultrasónicos para grabar los sonidos.
Así podemos distinguir entre los sonidos que emite el tomate y el tabaco, entre el tomate y el cactus, o también entre el tomate cortado y el tomate seco, o el tomate un poco seco y el tomate muy seco.”
De modo que el equipo de investigadores generó este acervo de audios y cuando alimentaron esta biblioteca de sonidos a una computadora, descubrieron que la máquina podía distinguir una planta estresada de una planta sana.
La máquina también pudo distinguir los sonidos de diferentes clases de estrés incluso, lo que podría ser útil en distintos campos de la agricultura para detectar cuando algunas plantas comienzan a deshidratarse para salvarlas a tiempo.
Obviamente estos sonidos habrían existido desde siempre, pero es hasta ahora que la comunidad científica ha comprobado las ramificaciones de su existencia.