El cambio climático es un tema de fijación y preocupación permanente para cualquier individuo preocupado por el equilibrio del planeta. Pero ahora los amigos de National Geographic han planteado una nueva variable en esta compleja ecuación en la que seguramente muchos no habían pensado: los bosques de kelp.
Se trata de una serie de algas gigantes que podrían constituir un factor clave para el equilibrio de los ecosistemas marinos y por ende para el planeta entero.
Si es la primera vez que oyen acerca de esto no los culpamos, no es un tema tan común, en especial cuando se habla de cambio climático y sólo tiene relativo peso en un sector particular de especialistas.
Pero ha surgido una interesante pieza editorial que vale bastante la pena compartirles, donde se aborda con gran detalle, interés, pasión y extensión todo lo relativo a este fenómeno.
National Geographic viaja a los bosques de kelp para estudiar sus algas gigantes
A través de su sitio web oficial los amigos de National Geographic en Español han publicado un extenso artículo en formato de investigación y crónica de experiencia. Donde ponen bajo relieve la relevación de los bosques de kelp en un viaje por la Península Mitre en el extremo oriental de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
A grandes rasgos estas formaciones son descritas como “bosques de macroalgas gigantes” con hojas, denominadas como frondas que se extienden a lo largo de varios metros sobre la superficie.

Este bosque submarino es un ecosistema muy biodiverso y productivo que, en teoría, ocuparía un 28% de las costas del mundo, una extensión que en conjunto sería tan grande como el Amazonas. Pero su relevancia más allá de su tamaño según marca el artículo:
“Estos bosques poseen un altísimo valor debido a su gran biodiversidad y alto porcentaje de endemismos, pero también porque ofrecen servicios esenciales que benefician de forma directa e indirecta a los humanos, incluidos la protección contra las marejadas ciclónicas y el aumento del nivel del mar, el reciclado de nutrientes, la provisión de seguridad alimentaria para comunidades costeras, la recreación turística, entre otros.”
Los bosques de kelp con sus algas gigantes contribuyen a mitigar el cambio climático, ya que almacenan bastante carbono orgánico.
Debido a ello se les reconoce entre la comunidad de especialistas como como “depósitos de carbono azul”, un elemento crucial para el precario equilibrio del planeta hoy en día.

