En estos días finales del 2022, se anunció que para el venidero 2023 saldrá al mercado una novedosa copa menstrual que es capaz de detectar diversas enfermedades mediante el detalle del fluido menstrual, al basarse en la combinación de biosensores de tecnología avanzada y sofisticada.
Emm
La primera versión del novedoso dispositivo fue bautizada como Emm. Proveniente del Reino Unido, el invento garantizará datos sobre la sangre recolectada que podrían usarse para detectar signos tempranos de diabetes, colesterol, enfermedades ginecológicas e incluso niveles de fertilidad.
Mediante la copa menstrual se podrá monitorear y advertir si existe alguna alteración en los patrones del ciclo mensual femenino que puedan derivar en el futuro en alguna problemática de salud. El Emm también podrá monitorear condiciones preexistentes específicas sin la necesidad de una muestra de sangre convencional, dice su fabricante.
El ejecutor y líder de la novedosa invención fue el ingeniero británico, Chris Van Kempen, quien aseguró que este producto de alta tecnología sería útil “para detectar problemas de fertilidad, pero también los primeros signos de ovarios poliquísticos, endometriosis o incluso cáncer de ovario”.

Primer estudio
En el pasado, específicamente en el 2018, se generó la primera investigación desarrollada por la Universidad de Stanford en California y publicada en el Journal of Clinical and Laboratory Medicine. En dicho estudio que mostraba se confirmó que podría usarse para monitorear cuántos óvulos le quedaban a una mujer en sus ovarios, dando una pista sobre sus posibilidades de quedar embarazada, así como su función renal y otros seis biomarcadores.
“Estos resultados proporcionan datos para apoyar el potencial de utilizar las pruebas de sangre menstrual como una alternativa al análisis de sangre sistémico. Tal enfoque de prueba alternativo tiene el potencial de cambiar la práctica y de mejorar la seguridad, la conveniencia y la rentabilidad del análisis de sangre tanto para el diagnóstico como para el monitoreo terapéutico entre las mujeres que menstrúan”, comentó para el entonces el líder del equipo, Paul Blumenthal, profesor de obstetricia y ginecología en Stanford.
