La vida marina corre el riesgo de sufrir daños irreparables por los millones de toneladas de desechos plásticos que acaban en el mar cada año. ”Es una crisis planetaria. Estamos destruyendo el ecosistema oceánico”, dijo a la BBC Lisa Svensson, directora de océanos del programa de Medio Ambiente de la ONU.
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Ante la advertencia, la BBC elaboró cinco gráficos para explicar cómo el plástico se ha convertido en una amenaza para el medio ambiente y mostrar el alcance del daño que puede causar cuando se desecha en el océano.
¿Por qué el plástico es problemático?
El plástico tal como lo conocemos ha existido durante unos 70 años. Y desde entonces, el uso de este material ha transformado muchas áreas, desde la fabricación de ropa hasta la cocina, la ingeniería, el diseño e incluso el comercio minorista.
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Una de las grandes ventajas de muchos tipos de plástico es el hecho de que están diseñados para durar más, muchos, muchos años. Prácticamente todo el plástico que se ha producido sigue existiendo, aunque no esté en su formato original.
En un artículo publicado en julio en la revista académica Science Advances, el investigador Roland Geyer, de la Universidad de California en Santa Bárbara, estima en 8.300 millones de toneladas la cantidad de plástico que ya se produce en el mundo.
De este total, alrededor de 6.300 millones de toneladas se clasifican como residuos, y el 79 % estaría en los vertederos o en la naturaleza. Es decir, se recicla o reutiliza poco material.
La gran cantidad de desechos plásticos es el resultado del estilo de vida moderno, donde el plástico se usa como materia prima para varios artículos desechables o de “uso único”, como botellas de bebidas, pañales, bastoncillos de algodón y cubiertos.
4 mil millones de botellas de plástico
Las botellas de bebidas son uno de los tipos más comunes de residuos plásticos.
Se estima que se vendieron 480 mil millones de botellas en todo el mundo para 2016, es decir, 1 millón de botellas por minuto.
Solo Coca-Cola fue responsable de producir 110 mil millones de botellas de plástico.
Algunos países han discutido formas de reducir el consumo de materiales. El Reino Unido, por ejemplo, está debatiendo ofrecer agua potable gratis en las grandes ciudades y establecer unidades de devolución de plástico.
¿Cuánto plástico va al mar?
Se estima que 10 millones de toneladas de plástico acaban en el mar cada año.
En 2010, investigadores del Centro de Análisis Ecológico de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, contaron 8 millones de toneladas y estimaron 9,1 millones de toneladas para 2015.
El mismo estudio, publicado en la revista académica Science en 2015, analizó 192 países costeros que contribuyen a la liberación de desechos plásticos en los océanos. Y descubrió que 13 de los 20 principales responsables de la contaminación marina son naciones asiáticas.
Mientras que China está en la parte superior de la lista, Estados Unidos aparece en la posición 20.
Brasil ocupa, a su vez, el puesto 16 del ranking, que tiene en cuenta el tamaño de la población que vive en las zonas costeras, la cantidad total de residuos generados y la cantidad total de plástico desechado.
Los desechos plásticos generalmente se acumulan en áreas del océano donde los vientos provocan corrientes circulares giratorias, capaces de absorber cualquier desecho flotante. Hay cinco corrientes de este tipo en el mundo, pero una de las más famosas es la del Pacífico Norte.
Los escombros de la costa de los Estados Unidos tardan un promedio de seis años en llegar al centro de esta corriente. Japón puede tardar hasta un año.
Las cinco corrientes suelen tener una mayor concentración de desechos plásticos que otras partes del océano. También promueven un fenómeno conocido como “sopa de plástico”, que hace que pequeños fragmentos del material queden suspendidos debajo de la superficie del agua.
Además, la descomposición de la mayoría de los desechos plásticos puede demorar cientos de años.
Sin embargo, existen iniciativas para limpiar la Corriente del Pacífico Norte.
¿Por qué es perjudicial para la vida marina?
Para las aves marinas y los animales más grandes -como tortugas, delfines y focas- el peligro puede estar en las bolsas de plástico, en las que acaban atascándose. Estos animales también suelen confundir el plástico con comida.
Las tortugas no pueden distinguir, por ejemplo, una bolsa de una medusa. Una vez ingeridas, las bolsas de plástico pueden causar una obstrucción interna y provocar la muerte.
Los pedazos de plástico más grandes también dañan el sistema digestivo de las aves y las ballenas, y son potencialmente fatales.
Con el tiempo, los desechos plásticos se descomponen en pequeños fragmentos. El proceso, que es lento, también preocupa a los científicos.
Una investigación de la Universidad de Plymouth en Inglaterra mostró que se encontraron desechos plásticos en un tercio de los peces capturados en el Reino Unido, incluido el bacalao.
Además de provocar desnutrición y hambre para los peces, los investigadores dicen que al consumir mariscos, los humanos pueden estar comiendo, por defecto, fragmentos de plástico. Y los efectos de esto aún se desconocen.
En 2016, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria alertó del riesgo creciente para la salud humana, ante la posibilidad de que micropartículas de plástico estuvieran presentes en los tejidos del pescado comercializado.