Posiblemente cuando se menciona la palabra estrés, es automático reflejarlo con uno de los males más destacados en la actualidad y era moderna. La ansiedad afecta a la salud mental, pero también se manifiesta de forma física en algunos cambios que provoca en el cuerpo, sobre todo en el corazón.
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Efectos negativos
Los distintos episodios de estrés pueden afectar las capacidades de poder conciliar el sueño, llevando a los seres humanos a desarrollar una mayor irritabilidad o a presentar falta de hambre o, al contrario, conducir a un apetito intenso.
También el estrés genera cambios en los ojos, en la boca, en la piel y hasta en el corazón. Es importante identificar estos síntomas para revertirlos y, a la vez, combatir el estrés para frenar el proceso dañino en el organismo.
Ante el aumento de estadísticas en el mundo por problemas de estrés, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que las consultas cardiológicas por palpitaciones debido al estrés, cansancio, miedo, incertidumbre, angustia, ansiedad y soledad, entre tantos otros factores, son mucho más con respecto al pasado.
Problemas para el corazón
El estrés puede causar daño al corazón y a las arterias del cuerpo mediante múltiples mecanismos. Por un lado, se encuentra el estrés crónico (causado por muchos factores como trabajo excesivo, problemas familiares y de pareja, etcétera) que genera aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca que puede desencadenar arritmias que son adversas a la salud cardiovascular.
El estrés agudo o repentino también puede causar problemas cardiovasculares graves como infartos. Ante esto, Pablo Lamelas, cardiólogo intervencionista del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires y profesor de Epidemiología Clínica, Universidad de McMaster Canadá, dio una breve explicación en el medio tn sobre los problemas del corazón debido al estrés.
“Las razones por las cuales el estrés agudo puede causar un problema cardiovascular grave o muerte súbita pueden ser múltiples: la más frecuente es que los pacientes tengan formas de enfermedad coronaria subclínica o no diagnosticada, en la cual la pared de la arteria tiene colesterol y el estrés lo que hace es aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y genera una rajadura de esa placa de colesterol, formándose un coágulo en la arteria que tapa el flujo de la coronaria, es decir, causa un infarto”, concluyó el especialista sudamericano.