Estudio alerta sobre la baja percepción de riesgo al manejar con marihuana: “La embriaguez cannábica es tan potente como la alcohólica”

Los efectos negativos de conducir luego de haber fumado marihuana.

Los accidentes de tránsito bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad suelen tener una amplia cobertura noticiosa. Sin embargo, hay otras sustancias que son igual de peligrosas a la hora de manejar, pero respecto a las cuales la población todavía no toma real consciencia.

Es el caso de la marihuana, cada vez más extendida en nuestro país y en el mundo, cuyas consecuencias al volante pueden ser nefastas. Así lo establece una reciente publicación de JAMA Psychiatry, prestigiosa revista internacional para médicos, académicos y científicos.

Los resultados de un ensayo clínico muestran que aquellas personas que consumen cannabis ven deteriorada su capacidad de conducción durante las siguientes cuatro horas y media, independiente de sus hábitos previos en relación con esta droga. Pese a ello, la mayoría se siente lista para el manejo a los 90 minutos.

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Dado este estudio, la Asociación Médica para la Prevención (AMP) alza la voz de alerta. “Conducir después de haber consumido marihuana es tan peligroso como hacerlo después de haber ingerido alcohol”, advierte el presidente del organismo, el pediatra Humberto Soriano, quien complementa: “El consumo afecta la capacidad de tomar buenas decisiones, baja el tiempo de reacción y enlentece los reflejos, por lo que implica un peligro cuando hay cualquier actividad que puede poner en riesgo la vida de otros”.

El psiquiatra Mariano Montenegro, también miembro de AMP y ex director de Senda, conceptualiza sobre los riesgos. “Esto afecta el cerebelo, donde está toda la coordinación motora. Está lleno de receptores cannabinoides y se produce lo que se llama la ‘embriaguez cannábica’. Entonces, se altera la percepción a tiempo para frenar y darse cuenta de los signos del tránsito, y la coordinación ojo-pie está bastante más enlentencida”, explica.

Otra integrante de la Asociación, la neuróloga infantil Viviana Venegas, ahonda en el aspecto técnico. “Está documentado el efecto sobre los circuitos cerebrales atencionales, por la que la concentración se reduce. Además, se enlentece la capacidad de respuesta y ante una situación de emergencia, donde se requiere una rápida reacción, ésta se deteriora, con el riesgo que implica. Es muy parecido a lo que se produce con el alcohol”, compara la experta, quien profundiza en las consecuencias a largo plazo: “El THC (principal constituyente psicoactivo del cannabis) es un compuesto con una especial afinidad por el tejido graso, como lo es el cerebro, donde tiende a depositarse y puede mantener un efecto residual que se puede prolongar por varios días”.

Baja percepción de riesgo y escasa fiscalización

Los especialistas coinciden en que la gente no está al tanto de los riesgos que corre, tanto para sí misma como para un tercero. Por eso, alertan a los conductores.

“La percepción de riesgo es muy baja, puesto que la gran industria de la cannabis ha gastado millones de dólares para convencernos de que la marihuana es benigna, casi médica, y de que no causa ningún problema”, denuncia Soriano. “Nos cuentan una historia falsa sobre los verdaderos peligros, particularmente en jóvenes y en situaciones como estar manejando”, agrega.

Venegas complementa al respecto, aportando su visión como neuróloga infantil. “Los mensajes que la sociedad y, en particular, el mundo adulto entrega, son los que construyen la percepción de riesgo en los niños y adolescentes. Se ha construido una imagen donde se plantea que la marihuana, al ser un producto natural, es sano, sin embargo, tenemos grandes ejemplos de productos naturales que son tóxicos”, aclara.

Montenegro hace alusión a un ejemplo en Estados Unidos que no hay que imitar. “No se ha ilustrado todavía a la población de que esto tiene un enorme efecto en la coordinación motora. La gente cree que sólo la embriaguez alcohólica lo produce, pero la cannábica también es muy potente, tanto así, que en el estado de Oregon, que legalizó la marihuana, la mayoría de las muertes por accidentes de tránsito en los últimos dos años ha sido principalmente atribuida a la cannabis. Hay un desconocimiento y una promoción engañosa, eso llama a confusión”, previene.

El exdirector de Senda pide mayor fiscalización. “Ha sido muy insuficiente. La cantidad de narcotest comparada con la de alcotest es mucho más baja. Si bien nos vamos a encontrar con más consumo de alcohol, el de marihuana no es tan bajo, es de dos dígitos también. Debería haber muchos más narcotest y más controles en la calle, para disuadir y sacar de circulación a las personas que salgan positivas”, solicita el psiquiatra.

En la misma línea, Soriano lamenta el escenario actual. “La fiscalización está siendo tristemente y peligrosamente insuficiente en nuestro país”, remata el presidente de AMP.

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