Los análisis de los fósiles que se encuentran en nuestro planeta no se realizan de un día para otro. El hallazgo es el primer paso, pero saber que animal era, su composición o al menos su clase, es un proceso que puede llevar décadas. Y la evidencia de esta afirmación se encuentra en el reciente análisis de un reptil marino que se encontró en 1970, en tierras colombianas.
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El fósil como tal se encontró en 1970. Destacan, según Daily Mail, que estaba (y sigue) muy bien conservado. Tiene un aspecto de pez espada, pero con numerosos y filosos dientes. Su cráneo es gigantesco, mide más de medio metro (tres pies) y por el lugar donde lo encontraron, departamento de Boyacá, Colombia, era un animal de aguas poco profundas.
En principio, en 1970, no se sabía casi nada de que tipo de animal era este. Fue en 1997 cuando lo clasificaron en una identificación llamada platypterygius; una agrupación que científicos han creado para referirse a animales taxón de “papelera”. Es decir, que se utiliza para clasificar especies que no encajan en ningún otro lugar.
Entonces, la falta de información, no quiere decir que se le asigna un nombre y se olvida. Quizás, la ciencia necesita de mejores herramientas o nuevas evidencias, para después conocer más detalles. De esta manera, ese momento parece haber llegado, tras un nuevo estudio realizado por expertos de la Universidad McGill.
El reptil marino
Con los nuevos estudios, los científicos colocan a este animal entre un tipo de espécimen llamado ictiosaurio. Esta es una clase de reptil marino que habitó nuestro planeta hace 250 a 90 millones de años.
El cráneo fue trasladado hacia el Museo Geológico Nacional de Colombia en Bogotá. Y allí se ha revelado que el ictiosaurio pertenece a un género de estos animales que llamaron Kyhytysuka.

Por ahora, con esta reciente información, los científicos están intentando sacar el árbol genealógico, para comprender la evolución de esta familia. Así, podrían encontrar si hay algún “primo” sobreviviente entre las especies conocidas.
“Este animal desarrolló una dentición única que le permitió comer presas grandes. Mientras que otros ictiosaurios tenían dientes pequeños de igual tamaño para alimentarse de presas pequeñas, esta nueva especie modificó el tamaño y el espaciamiento de sus dientes para construir un arsenal de dientes para despachar presas grandes, como peces grandes y otros reptiles marinos”, explica el paleontólogo Hans Larsson, de la Universidad McGill.
El equipo que dirigió el profesor Larsson indica que Kyhytysuka proviene de un periodo muy importante para la transición de las especies; una época conocida como el Cretácico Inferior.
En este momento del planeta, el clima salía de un periodo relativamente frío. El nivel de los océanos estaba aumentando y el supercontinente Pangea estaba en pleno proceso de división. Esto pasó hace aproximadamente 130 millones de años.