Ciencia

Por qué en la ciencia decir que algo “es un teoría” no tiene nada que ver con lo que tú te imaginas

Es una de las ideas equivocadas más comunes sobre la ciencia

“Es solo una teoría”, es una frase que muy seguramente hemos escuchado o que quizá hayamos dicho alguna vez.

En programas de televisión, películas, conversaciones casuales, cuando se quiere señalar que no se está seguro de algo. O si no sabemos si algo va a resultar como esperamos, es común decir “en teoría debería funcionar”. Todo esto hace sonar a que las teorías no son algo sobre lo que tengamos mucha certeza.

Y entonces si conectamos esos dichos con otras cosas que sabemos sobre ciencia, podríamos preguntarnos si Einstein no estaba del todo seguro sobre la relatividad y por eso la nombró teoría. O si la evolución fue solo una corazonada de Darwin.

Si has tenido alguna vez estas dudas, sigue leyendo para conocer más sobre cómo en la ciencia “teoría” quiere decir algo muy diferente a la forma en que entendemos esta palabra en nuestras conversaciones cotidianas.

Corazonadas, suposiciones e hipótesis

Estás tomando un café con una amiga, en una cafetería al aire libre por supuesto, porque no debemos olvidarnos de los riesgos de la pandemia.

Tu amiga te cuenta que piensa que su hermana le está organizando una fiesta sorpresa para su cumpleaños. Le pregunta si ha notado algo específico, ella te contesta: “no, en realidad no he notado nada, pero tengo esa .

La conversación sigue y además ahora notan que hay dos personas conocidas en una mesa cercana: tu amiga quiere ir a saludar. Pero tú la detienes: dices que no sería bueno interrumpir, porque parece que están en una cita. Ella te pregunta por qué piensas eso, y tu contestas: “es que siempre he tenido la teoría de que se gustan”.

En estos ejemplos una teoría es una corazonada, una suposición sobre ciertos eventos, para lo que no es necesario que existan evidencias.

Pero en la ciencia, una teoría es una explicación que se da a partir de la recolección de evidencias, y la contrastación de hechos.

En todo caso estas “teorías cotidianas” serían un poco más cercanas a las hipótesis científicas: suposiciones a partir de ciertos datos, que luego deben revisarse y si pasan la prueba, entonces se convierten en teorías.

No es solo una teoría

Así que para la ciencia las teorías no son poca cosa, son parte de sus fundamentos. También es cierto que si se reúnen más evidencias que apoyen algo diferente una teoría científica puede modificarse o incluso desecharse por completo.

Eso pasó por ejemplo en el siglo XVII con la teoría del flogisto, que explicaba la combustión a partir de un sustancia llamada así, flogisto, de la que nunca se pudieron reunir la evidencias que probaran su existencia. En cambio, se descubrió el elemento oxígeno y la forma en que participaba en la combustión y la oxidación de los metales, de modo que la teoría del flogisto dejó de usarse para explicar esos fenómenos.

Pero esto quiere decir que si las otras teorías siguen aquí, es porque han pasado las pruebas y que incluso se ha reunido más evidencia que las apoya, en lugar de refutarlas.

Así por ejemplo, las observaciones de las ondas gravitacionales apoyan a la teoría de la relatividad y todos los conocimientos que tenemos sobre el genoma de los seres vivos que nos permiten ver con claridad sus relaciones evolutivas en el árbol de la vida, apoyan la teoría de la evolución.

¿Deberíamos entonces dejar de decir “es solo una teoría” cuando hablemos de nuestras suposiciones personales o corazonadas? Quizá no es necesario, pero sí es importante que recordemos que para la ciencia las teorías son mucho más que eso.

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