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Desde virus inéditos hasta contaminación radioactiva: las peligrosas sustancias que puede desencadenar el deshielo del permafrost

Las amenazas desconocidos del calentamiento global.

Los polos de nuestro planeta están sufriendo altas temperaturas durante las épocas de verano. No se trata de un evento natural que debería ocurrir con normalidad. Este fenómeno está siendo generado por la influencia del hombre en la Tierra. Y aunque se han realizado múltiples estudios que identifican las consecuencias de esta eventualidad, recientemente se han prendido las alarmas por un enemigo desconocido.

Las altas temperaturas generan el deshielo de las zonas gélidas. Esta es una reacción química que aprendemos desde que estamos en la escuela. Entonces, llevado a grandes escalas, cuando esto ocurre en los polos de la Tierra, automáticamente se eleva el nivel de los océanos.

Esto influye en las condiciones climáticas, en el hábitat de las diferentes faunas, marinas o terrestres, y por si fuera poco, también causa inundaciones que afectan a la población de personas. Sin embargo, estos parecen ser enemigos que, aunque suenen alarmantes, no son tan peligrosos en comparación con los que detalla un reciente análisis publicado en Gizmodo.

Un estudio que se publica en la revista científica Nature, encuentra que el deshielo en el permafrost podría liberar una serie de sustancias peligrosas para animales y personas. Estas sustancias podrían ser bacterias o virus totalmente desconocidos e incluso contaminación radioactiva. Además, las altas temperaturas de estas zonas generan una gran cantidad de gases de efecto invernadero que llegan hasta la atmósfera.

El permafrost

Se le conoce como permafrost a las regiones polares que cuentan con suelos comunes, iguales que los del resto del planeta. Sin embargo, debido a la zona donde se encuentran están constantemente cubiertas de hielo o nieve. A diferencia de, por ejemplo, un iceberg o el suelo ártico que son solo capas de hielo; en el permafrost hay una base de sedimentos.

Si juntamos Alaska, Siberia, Canadá, Noruega, el Tíbet y algunas islas del Atlántico Sur, hay alrededor de 23 millones de kilómetros cuadrados de permafrost. De no ser por la influencia del ser humano, esto no estaría sufriendo los daños actuales. Un claro ejemplo son los inusuales, inéditos e históricos 48 grados centígrados a los que llegaron varias zonas de Siberia el verano pasado. En estas regiones, durante las épocas de “calor” raramente se llegaba a 16ºC.

Entonces, debido a este fenómeno, el permafrost pierde su capa de hielo y esto puede liberar una serie de sustancias con las que los científicos todavía no han lidiado.

“Es importante entender el impacto a medio y largo plazo de un cambio a escala planetaria tan importante como es el permafrost. Ahora mismo somos capaces de predecir un puñado de amenazas que han estado atrapadas durante millones de años, pero aún falta mucho para que podamos ser capaces de predecir exactamente qué pasará, cuándo y dónde. En ese sentido este tipo de estudios son críticos”, dijo la principal autora del estudio Kimberley Miner, científica del clima en el Laboratorio de Propulsión a chorro de la NASA.

El equipo que realizó la investigación descubrió alrededor de 28 nuevos virus en un glaciar del Tíbet. Los microorganismos son tan remotos que el cuerpo ni siquiera los asimila como amenazas. Por lo tanto, esto los convierte en una serio peligro para la humanidad.

Los científicos se encuentran trabajando en más análisis de este tipo, con la intención de identificar la mayor cantidad de patógenos posibles. Asimismo, hacen un llamado a los líderes mundiales para reforzar las campañas de lucha contra las acciones que causan gases del efecto invernadero y así el calentamiento global.

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