Ciencia

Estudio encuentra la explicación científica al hecho de que las mujeres prefieran temperaturas más cálidas que los hombres

Los hombres prefieren temperaturas más bajas que las mujeres: una afirmación que también es válida en géneros de animales.

Las mujeres prefieren el calor y los hombres el frío. Obviamente pueden existir millones de ejemplos que muestren lo contrario. Pero en líneas generales, esta es una afirmación que ahora tiene una explicación científica. Misma que además, a través de un estudio, determinó que lo mismo ocurre en algunas especies de animales, en los que encontraron que los varones van hacia las temperaturas más bajas y las hembras hacia lo cálido.

El estudio es una amplia investigación realizada por científicos de la Universidad de Tel Aviv, en Israel. Dicen que una “diferencia evolutiva” incorporada en cada individuo hace que los géneros masculinos disfruten más de los ambientes gélidos y las mujeres de los cálidos.

Para la investigación, reseña Daily Mail, observaron 13 especies de aves y unas 18 de murciélagos. Se centraron en estos tipos de animales, debido a que, según la época del año que se esté transitando, hay separación geográfica de los géneros. Ambos se encuentran para aparearse, con climas neutros y en los extremos, por lo general no están juntos.

Entonces, los datos que estas observaciones arrojaron, se trasladaron hacia los humanos, para mirar el comportamiento que tenían las personas. Y encontraron que las mujeres sienten en mayor medida el frío, debido a sus variaciones en metabolismo y la cantidad de calor corporal que producen.

De esta manera, los expertos de la casa de estudios mencionada, llegan a la conclusión que la evolución hizo que se marcara una diferencia en la reacción del cuerpo y los mecanismos que se activan a la hora de asimilar las temperaturas.

En animales y humanos hay un patrón que se repite

Todo inicia tras una sorprendente observación que notaron los científicos, en el comportamiento de murciélagos. Mientras transcurre la temporada de reproducción, los machos y las hembras tienden a separarse.

El ejemplo más claro se evidenció en las cuevas de las laderas del monte Hermón, una región en la frontera entre el Líbano y Siria. Esta zona, gélida en gran parte del año, está llena de colonias en las que abundan los machos. Mientras que, más hacia la parte del Mar de Galilea, se encuentran las hembras dando a luz a sus crías.

“Hemos planteado la hipótesis de que lo que estamos tratando es una diferencia entre los mecanismos de detección de calor de las hembras y los machos, que se desarrollaron a lo largo de la evolución”, dijo el coautor de la investigación, el Dr. Eran Levin, de la Facultad de Zoología, en la Universidad de Tel Aviv.

No obstante, los científicos no se quedaron con los murciélagos o aves. Decidieron estudiar mamíferos que se mantienen juntos, sin importar el género, durante todo el año. Entonces, para su sorpresa, encontraron que durante el verano, los ejemplares machos prefieren la sombra y las hembras el sol.

“Nuestro estudio ha demostrado que el fenómeno no es exclusivo de los humanos; entre muchas especies de aves y mamíferos, las hembras prefieren un ambiente más cálido que los machos y, en ciertos momentos, estas preferencias provocan la segregación entre las dos especies. Esta diferencia es similar en esencia a las diferencias conocidas entre las sensaciones de dolor experimentadas por los dos sexos, y se ve afectada por las diferencias en los mecanismos neuronales responsables de la sensación y también por las diferencias hormonales entre hombres y mujeres”, añadió Levin.

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