¿Qué quiere decir que los plásticos sean biodegradables?

Los plásticos biodegradables parecen una buena alternativa para disminuir el impacto que tienen estos materiales en el ambiente.

Es un hecho que el uso que le hemos dado a los plásticos desde hace unas décadas, los ha vuelto un problema muy grande.

Al ser un material práctico, versátil e higiénico, se ha vuelto muy común para empacar alimentos y bebidas, así hemos llegado a un punto al que cada minuto se venden 1 millón de botellas de plástico, muchas de ellas de agua.

Y esa es solo una fracción de todo los plásticos que se producen: la ONU estima que cada año se producen en el mundo 400 millones de toneladas de plástico, de las cuáles la mayoría terminan en la basura, pues menos de un 10% se recicla.

Usar, tirar y esperar

La estabilidad de los plásticos, fue una de las características que maravillaron a la humanidad cuando se empezaron a producir a principios del siglo XX.

Luego su resistencia, su flexibilidad, su facilidad para moldearse, los hicieron populares para muchísimos usos.

Entonces desarrollamos técnicas de producción en masa, que hicieron que los plásticos fueran un material muy barato.

Así nos llenamos de plásticos por todas partes, pero además muchos de ellos los diseñamos para usarse y tirarse.

Esos plásticos de un solo uso son los que constituyen la mayor parte de los residuos que generamos.

Por su gran estabilidad una vez que los desechamos tardan siglos en descomponerse, así que son residuos que permanecen mucho tiempo con nosotros.

Biodegradable, fotodegradable, oxodegradable

De cualquier forma no podemos decir que los plásticos sean eternos: en realidad sí se descomponen solo que lentamente.

Químicamente, cuando decimos que un material se degrada, quiere decir que se rompen enlaces de las moléculas que lo forman. 

En el caso de los plásticos quiere decir que los polímeros que forman a estos materiales, que son moléculas muy grandes, se fragmentan en moléculas más pequeñas, lo que va haciendo que el material se desbarate.

Los plásticos biodegradables son aquellos que están compuestos de moléculas que pueden descomponerse por la acción de microorganismos como bacterias, hongos y algas. 

A este tipo de materiales se les llama biopolímeros, pues están compuestos por moléculas como el almidón de maíz, por ejemplo.

Pero no todos los plásticos que se degradan lo hacen por acción de microorganismos. Existen los plásticos fotodegradables a los que se les añade un aditivo que acelera la descomposición que causa la luz del sol.

Los plásticos oxodegradables tienen aditivos que aceleran su descomposición a través de procesos de oxidación, en los que interviene el oxígeno del aire.

¿Realmente es la solución?

En todos los casos la degradación implica que las cadenas de polímero de los plásticos se rompan en pedazos más pequeños.

Esto resuelve en parte el problema de tener un gran volumen de residuos sólidos de plásticos.

Sin embargo puede pasar que los productos de esta degradación sean compuestos que contaminen de otra manera el suelo, el agua o el aire.

Por ejemplo,en la Unión Europea se han prohibido los plásticos oxodegradables, porque se considera que contribuyen a producir microplásticos: fragmentos diminutos de plástico que extienden la contaminación de este material, por el aire y el agua.

Lo ideal sería que los plásticos degradables, se descompusieran en moléculas muy simples e inocuas, como dióxido de carbono, agua, oxígeno. 

Sin embargo, de lo que sabemos hasta ahora, la mayoría de los plásticos, incluso los biodegradables, terminan desintegrándose en microplásticos, lo que quiere decir que son un problema, más que una solución.

Sabiendo esto, lo mejor sería que realmente consideremos en reducir realmente nuestro consumo de plásticos y evitarlos por completo.