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Imágenes del programa Apolo ayudaron a descubrir hielo en la Luna… casi medio siglo después

La importancia de la historia en la actualidad.

La tecnología actual ha revalorizado las imágenes de la Luna tomadas por el programa Apolo. Casi medio siglo después, la NASA descubre hielo en sombras proyectadas por el satélite.

Expertos del Jet Lab de la NASA analizaron las imágenes de los alunizajes entre 1969 y 1972, resolviendo una discrepancia entre la predicción y lo visto en las primeras visitas.

Gracias al nuevo modelo, se tiene en cuenta la rugosidad de la superficie captada por el programa Apolo de la NASA. De acuerdo con la agencia aeroespacial, las sombras proyectadas por la rugosidad de la superficie crean pequeños puntos fríos, para que el hielo se acumule.

El Programa Apolo, que duró entre 1961 y 1972, con un coste superior a 25.400 millones de dólares de la época, contó con 32 vuelos exitosos, dos fracasos totales y uno parcial. El de mayor renombre, sin duda, fue el del Apolo 11, que llegó a la superficie de la Luna el 20 de julio de 1969, con Neil Armstrong, “Buzz” Aldrin y Michael Collins a bordo.

Así es el hallazgo del Jet Lab de la NASA gracias a las imágenes del programa Apolo

Bjorn Davidsson, científico del Jet Lab de la NASA en California, explicó el hallazgo.

“Hace más de una década, las naves espaciales detectaron la posible presencia de agua en la superficie diurna de la Luna”, indica Davidsson. “Esto fue confirmado por el Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja de la NASA en 2020”.

“Estas observaciones fueron, al principio, contraintuitivas: el agua no debería sobrevivir en ese ambiente hostil. Esto desafía nuestra comprensión de la superficie lunar y plantea preguntas intrigantes sobre cómo los volátiles, como el hielo de agua, pueden sobrevivir en cuerpos sin aire”.

Davidsson trabajó con Sona Hosseini, sugiriendo que las sombras proporcionan refugio para el hielo. Esto le permite formarse como escarcha superficial lejos de los polos de la Luna.

“Debido a que no hay una atmósfera espesa para distribuir el calor alrededor de la superficie, las áreas extremadamente frías y sombreadas, donde las temperaturas pueden caer en picado a aproximadamente menos 210 °C, pueden ser vecinas de las áreas calientes expuestas al Sol, donde las temperaturas pueden alcanzar hasta 120 °C”, de acuerdo con el comunicado firmado por la NASA.

Se forma un ciclo para el hielo. La helada superficial de las áreas frías y sombreadas se expone a la luz del Sol, introduciéndose en la exósfera de la Luna. Las moléculas de agua, posteriormente, se vuelven a congelar en la superficie.

De acuerdo con Davidsson, “las heladas son mucho más móviles que el agua atrapada. Por lo tanto, este modelo proporciona un nuevo mecanismo que explica cómo se mueve el agua entre la superficie lunar y la delgada atmósfera lunar”.

La siguiente meta de la NASA

El próximo objetivo de la NASA será desarrollar sensores ultraminiatura para medir las señales débiles del hielo. Es el turno del HOLMS, como se denomina este Espectómetro Lunar Miniaturizado, que estará en pequeños rovers autónomos, como el A-PUFFER del Jet Lab-

“La exploración lunar actual por parte de varias naciones y empresas privadas indica cambios artificiales significativos en el entorno lunar en el futuro cercano”, considera la coautora Hosseini.

“Si esta tendencia continúa, perderemos la oportunidad de comprender el entorno lunar natural, particularmente el agua que está atravesando la prístina exosfera de la Luna. En consecuencia, el desarrollo avanzado de instrumentos ultracompactistas y de alta sensibilidad es de vital importancia y urgencia”.

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