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Estudio: niños que crecen en zonas con elevados índices de contaminación ambiental y sonora, tienden a sufrir de obesidad

Las consecuencias de los entornos ambientales en la obesidad infantil fue observada por investigadores en España.

La obesidad infantil es un problema con el que luchan a diario los profesionales de la salud. A medida que pasa el tiempo y avanza la tecnología, crece el sedentarismo y este porcentaje sube sin parar. Por lo tanto, los expertos buscan cualquier detalle que les ayude a detener el aumento de estas cifras.

Entonces, para que el trabajo sea efectivo deben tomar en consideración todas las variantes. Y un reciente estudio, desarrollado por científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona y el Instituto Universitario de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol, encuentra que los factores ambientales repercuten en la obesidad infantil.

En concreto, según lo reseña Daily Mail, los niños expuestos a niveles altos de contaminación, tienden a desarrollar con mayor posibilidad problemas de obesidad infantil. Entre las consideraciones del estudio, los investigadores tomaron en cuenta la mala calidad del aire, el ruido y tráfico. Es decir, el niño de ciudad, en promedio, posiblemente tenga más posibilidad de tener sobrepeso.

En la misma investigación también se tomó en cuenta el fácil acceso de una ciudad a una comida chatarra en las zonas urbanas, en comparación con las zonas rurales.

La influencia del aire en la obesidad

De igual forma, más allá del fácil acceso a la comida rápida, los científicos encuentran que la contaminación del aire induce inflamación o estrés oxidativo, alteración hormonal y adiposidad visceral, describe Daily Mail.

El estudio se realizó en el periodo que comprende el 2017 y 2019. Para la investigación se tomaron alrededor de 2.000 niños de entre 9 y 12 años. Además, estuvo focalizado en una zona de España que se llama Sabadell, cerca de Barcelona.

Apartando la calidad del aire y otros factores ambientales, los autores del estudio cuestionaron a los padres sobre la rutina alimenticia de sus hijos. En concreto, les preguntaron sobre el consumo de comidas chatarras y las bebidas azucaradas, como las gaseosas. Asimismo, la frecuencia de la actividad física, el comportamiento sedentario y por último, las horas de sueño.

«Los niveles más altos de contaminación del aire, tráfico y ruido se asociaron con un índice de masa corporal más alto y una mayor probabilidad de que el niño tuviera sobrepeso u obesidad», dijo Jeroen de Bont, autor principal de este proyecto de investigación.

Problema futuro

Anteriormente, otros estudios han encontrado que los adultos que fueron obesos durante la adolescencia tienen un porcentaje más elevado de desarrollar enfermedades relacionadas al sobrepeso. Es decir, estas personas son más propensas a registrar condiciones cardíacas adversas, diabetes o mala salud en general, encuentra un estudio de la Universidad de California, en San Francisco. Y además, la verdadera novedad de la investigación es que el porcentaje no disminuyó en las personas que adelgazaron en la adultez.

Investigadores de la Universidad de California en San Francisco recogieron datos de alrededor de 12.300 adolescentes, durante más de 20 años. Entonces, detectaron que los índices de masa corporal (IMC) elevados en la adolescencia, se relacionaron directamente con los hipertensos y diabéticos con sobrepeso, 24 años después de haber ingresado al periodo de la adultez.

Asimismo, quienes registraron niveles óptimos en el IMC todavía tenían un 8.8% más alto de sufrir diabetes tipo 2, que quienes siempre fueron delgados. Además, tenían un 2.6 por ciento más de chances de tener mala salud en general. La intención del equipo es hacer un llamado a los nutricionistas a que recomienden a sus pacientes atacar el problema del sobrepeso desde la niñez.

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