Espacio

La NASA probaría en Venus un globo para detectar terremotos

El gran reto será adaptarse a la altísima temperatura venusiana.

Funcionó en la Tierra, ¿por qué no en Venus? La NASA detectó un terremoto en California gracias a un globo especial, y estudia probarlo en la atmósfera venusiana en un futuro.

En 2019, cuatro globos de heliotropo, el nombre del material, volaron cerca de Ridgecrest, California, después que una serie de terremotos sacudieran la región. Se desencadenaron más de 10 mil réplicas en las seis semanas posteriores al hecho.

El 22 de julio de ese año, un barómetro en uno de los globos detectó las ondas sonoras de baja frecuencia causadas por una de las réplicas. A partir de entonces, los investigadores del Jet Lab de la NASA y de Caltech trabajaron en un informe que se hizo público esta semana.

Según estos científicos, una técnica similar podría ayudar a revelar varios misterios de Venus.

Así en la Tierra, como en Venus, ¿se podrá? Esto dice la NASA

Hay muchas diferencias respecto a la Tierra, y una de ellas es la temperatura. En Venus –el segundo planeta más cercano al Sol-, esta es lo suficientemente alta como para derretir el plomo. La otra, la presión atmósferica: según la NASA, es tan alta que puede aplastar un submarino.

Los científicos buscan entender cómo evolucionó el planeta hasta convertirse en la olla de presión que es hoy. Para ello, quieren medir las ondas sísmicas.

“En la Tierra”, explica el Jet Lab en un comunicado, “diferentes materiales y estructuras refractan estas ondas subsuperficiales de diferentes maneras”.

“Al estudiar la fuerza y la velocidad de las olas producidas por un terremoto o explosión”, subrayan, “los sismólogos pueden determinar el carácter de las capas rocosas debajo de la superficie e incluso identificar reservorios de líquido, como el petróleo o el agua”.

Gracias a estas mediciones también se puede detectar la actividad volcánica y tectónica.

Jennifer M. Jackson es profesora de Física Mineral en Caltech. Explica que “decenas de miles de sismómetros terrestres pueblan redes espacialmente densas o permanentes, lo que permite esta posibilidad de detección en la Tierra”.

“No tenemos este lujo en otros cuerpos planetarios, particularmente en Venus”, sostiene. “Las observaciones de la actividad sísmica allí fortalecerían nuestra comprensión de los planetas rocosos, pero el entorno extremo de Venus requiere que investiguemos nuevas técnicas de detección”.

Los globos de heliotropo

Daniel Bowman, Attila Komjathy y otros científicos trabajaron en los globos de heliotropo en 2019. Estos se elevan de 18 a 24 kilómetros cuando se calientan por el Sol, regresando al suelo al anochecer.

Los barómetros instalados en los globos medían los cambios en la presión del aire sobre la región, cuando las vibraciones acústicas de las réplicas volaban por el aire.

Aunque los científicos reconocen que detectar terremotos naturales de esa forma es un desafío, ya que es difícil hacerlo con los sismos de baja magnitud, sí tienen confianza en volver a hacerlo… como en 2019.

En ese momento lo consideraron un golpe de suerte. Los sismómetros terrestres registraron una réplica a casi 80 kilómetros de distancia. Medio minuto más tarde, uno de los globos sintió una vibración acústica de baja frecuencia, mientras ascendía a 4.8 kilómetros.

“La ola que detectamos estaba fuertemente correlacionada con las estaciones terrestres cercanas”, señala Quentin Brissaud, de Caltech. “Cuando se compara con los datos modelados, eso nos convenció: habíamos escuchado un terremoto”.

¿Podrán lograrlo en un futuro en Venus o en otro planeta? Ese es el objetivo.  

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