Ciencia

¿Cómo es la lluvia en otros planetas?

En la Tierra casi siempre llueve en algún lugar, pero podríamos preguntarnos si eso pasa en otros planetas

La lluvia es un fenómeno meteorológico con el que los seres humanos tenemos una relación muy estrecha. 

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Cuando vivimos en ciudades los días de lluvia a veces terminan pareciendo más una complicación que un evento importante: el tránsito es más lento, las calles se inundan, nos mojamos los pies en los charcos.

Pero tal vez se nos olvida un poco que sin esta parte del ciclo del agua la vida, no solo la nuestra, sino la de todo el planeta, no sería posible.

El planeta Tierra tiene la particularidad de ser el único con vida que conocemos, y también el único lugar del Sistema Solar con agua en abundancia, que puede además estar en sus tres estados de agregación: sólido, líquido y gaseoso.

Y es el ir y venir entre esos estados de agregación, lo que hace que el agua circule en el planeta: se evapora de cuerpos de agua, se congela y en algún momento también se precipita como lluvia o granizo.

Si no hay agua en otros planetas del Sistema Solar, tal vez pensemos que entonces no puede haber lluvia, pero eso no es así.

No todo lo que llueve es agua

Como terrícolas que somos no podemos asociar al agua con el fenómeno de la lluvia, pero eso no quiere decir que sea la única opción de una precipitación atmosférica.

Para eso tenemos que tener muy claro que prácticamente todas las sustancias pueden estar en estado sólido, líquido o gaseoso, dependiendo de la temperatura y la presión.

Así que dadas las condiciones de un planeta, sin importar si su atmósfera o superficie no contiene agua, puede existir algún tipo de lluvia.

Nubes de metano en Titán

No es un planeta, pero en Titán, la luna más grande de Saturno, llueve metano, un hidrocarburo, que en la Tierra se encuentra en yacimientos de gas natural.

Este satélite es único en su tipo no solamente por su tamaño, sino porque tiene una atmósfera, que contiene gases como el nitrógeno y el metano.

El metano también está presente en forma líquida y sólida en su superficie, de donde puede evaporarse y formar nubes, que eventualmente producen una lluvia de metano.

Esta precipitación puede ocurrir como metano en forma de cristales, algo así como granizo de metano, pero también como lluvia de metano líquido.

Lluvia ácida en Venus

Si queremos ver cómo sería un futuro posible de la Tierra, en el que no controlamos el aumento del dióxido de carbono de carbono en la atmósfera, que causa el calentamiento global, tal vez podemos asomarnos a Venus

Con una atmósfera formada principalmente por dióxido de carbono, Venus tiene temperaturas superficiales mayores que Mercurio, aunque esté más lejos del Sol.

Además contiene dióxido de azufre que forma nubes, de las que se precipita en forma de lluvia de ácido sulfúrico.

Están lloviendo diamantes

En las atmósferas de estos gigantes del Sistema Solar hay metano, igual que en Titán, pero además sabemos que en ambos planetas ocurren tormentas eléctricas intensas.

Las intensas descargas eléctricas de los rayos hacen que las moléculas de la atmósfera reaccionen o se descompongan: en Júpiter y Saturno hay metano y este puede descomponerse en carbono que, dependiendo de sus condiciones de precipitación, podría caer en forma de grafito o incluso de diamantes.

Aunque por ahora no tenemos una evidencia tangible de que eso sea algo que realmente esté pasando, no deja de sonar casi poético que puedan existir planetas en donde la lluvia está hecha de diamantes.

Pero no olvidemos, que aunque nuestra lluvia no tenga piedras preciosas, contiene agua: uno de los recursos más valiosos que tenemos en la Tierra.

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