Ciencia

Ciencia: la química puede ayudar a reciclar más plásticos

No todos los plásticos se pueden reciclar, pero la química tiene algunas alternativas para eso

El plástico es uno de los materiales más versátiles que le debemos a la química y que además cuando surgió, detuvo al menos temporalmente la caza de elefantes.

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El marfil de los colmillos de los elefantes fue apreciado por mucho tiempo como material para elaborar todo tipo de cosas: el problema es que para obtenerlo hay que matar a los elefantes.

Una de las cosas que se hacían comúnmente con marfil eran las bolas de billar, pero a finales del siglo XIX, este empezó a escasear, porque la caza excesiva disminuyó las poblaciones de elefantes.

Así que los fabricantes de bolas de billar empezaron a buscar si podían encontrar un material con el cual sustituir el marfil.

Aquí es donde la química entró en acción y diseñó el primer polímero sintético: aunque el primero no fue muy útil para hacer bolas de billar, sí abrió el camino para la era de los plásticos.

Mundo de plástico

Un poco más de un siglo después de eso, vivimos en un mundo de plástico: muebles, autos, aparatos electrónicos, envases de alimentos, tienen partes de plástico o son completamente de ese material.

Estamos rodeados de plásticos, y de más de una forma: muchos de ellos terminan en la basura, algunos más pronto que otros.

Y es que al usarse en empaques desechables para alimentos, botellas de agua y bolsas, hemos creado un problema enorme de basura que proviene de plásticos de un solo uso.

Esos plásticos terminan en basureros por supuesto, pero también en el mar, e incluso en el aire, como microplásticos.

Desde hace unos años esta situación ha alertado y buscando evitar un impacto mayor en el ambiente, se nos dice que llevemos a cabo la regla de las 3R: reducir, reusar y reciclar.

Imposible de reciclar

Sin duda la regla de las 3R, suena bastante razonable: reducir nuestro consumo de plásticos, genera menos residuos, lo que también pasa si usamos varias veces los materiales plásticos que se pueda.

Y reciclar parece una alternativa increíble también: tomar el plástico que ya está circulando en el mundo, recuperarlo para moldearlo de nuevo y así usarlo para hacer otros objetos útiles.

Sin embargo, aunque suene tan bien, esto no es posible para todo tipo de plásticos ni en todas las condiciones.

Una de las limitantes es que, para reciclar, no deben combinarse diferentes tipos de plásticos, pues entonces el material resultante no tendrá propiedades adecuadas para volver a usarse: se puede volver más opaco o más frágil por ejemplo.

Esto ha hecho que casi el 80% de los plásticos que usamos terminen en la basura, mientras que solo un 9% se reciclan y el resto se incineran, generando otro tipo de contaminación ambiental.

La química al rescate

Muchos de los plásticos que no se pueden reciclar son justamente aquellos de un solo uso y eso sin duda es un problema.

Esto, porque muchos empaques de comida utilizan una combinación de diferentes tipos de plásticos, que cuando se reciclan de forma convencional simplemente resultan en un material nada útil.

Para solucionar esto, es que se están buscando alternativas que hagan posible reciclar más plásticos.

Por ejemplo, un grupo de investigación de la Universidad de Wisconsin desarrolló un método químico que puede separar los diferentes plásticos que forman ciertos empaques de comida, lo que hace posible recuperarlos para reciclar.

Otro grupo de químicos, de la Universidad de Cornell, encontró una forma de hacer compatibles mezclas de diferentes polímeros, como el polietileno y el polipropileno, para que no tengan que separarse al reciclar.

Es así que aunque tal vez la química inició nuestra tormentosa historia con los plásticos, ahora también ha llegado a encontrar una solución. Y por supuesto nosotros también debemos poner de nuestra parte: usando menos plásticos en nuestra vida cotidiana.

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