Para describir este acontecimiento que acaban de lograr este grupo de científicos, se tiene que separar en dos hazañas diferentes, pero que terminaron en el mismo objetivo. Lo primero, por supuesto, es el resultado: lograron detectar un objeto en una galaxia distante, que emite ondas de radio, a ocho mil millones de años luz. Lo segundo es la pericia que ejecutaron para llegar hasta esta región del universo.
Antes de explicarlo les decimos que es simplemente impresionante. Es la muestra de que no solo se necesita de conocimientos para estudiar los misterios del universo. Además, hay que tener un talento extra y una pasión o vocación para superar la entrega del 100 por ciento que diariamente dan este tipo de profesionales. Tienen los instrumentos, las herramientas, el apoyo y la tecnología más avanzada para llegar al universo profundo. Pero hay que saber aplicar la ciencia para obtener esta clase de descubrimientos.
La galaxia distante que detectaron no es la más lejana que se conoce de todas. Sin embargó, sí lo es entre las que tienen objetos que emiten ciertos tipos de ondas de radio. Asimismo, destacan que esta en específico, a la que identifican como MACSJ0717.5 + 3745 (sabemos que nadie se va aprender ese nombre), podría ser la que emite señales más débiles. Por lo que los instrumentos con los que cuenta cualquier agencia espacial o instituto de física o astronomía no bastaba. Era necesario usar como herramienta algunos objetos que estuvieran en el espacio que sirvieran de trampolín para saltar hasta el destino que alcanzaron.
Una galaxia y un radiotelescopio como instrumentos
Detalla el portal de la NRAO (Observatorio Nacional de Radio Astronomía), que los radiotelescopios son los receptores de radio más sensibles del mundo. Gracias a su capacidad, pueden encontrar volutas muy débiles, pero que emitan ondas de radio, en los lugares más alejados del universo conocido. En consecuencia, los científicos a cargo de este proyecto dispusieron del potente Karl G. Jansky Very Large Array ubicado en San Agustín, Nuevo México.
No obstante, esto no fue suficiente para llegar hasta donde habían fijado su objetivo. Y para lograrlo tuvieron que hacer uso de los recursos naturales. Entonces usaron los cúmulos de una galaxia distante a unos cinco mil millones de años luz de la Tierra, que sirvieron como lentes naturales para estudiar objetos aún más lejanos, explica en una nota el portal de la NRAO. El proyecto estuvo dirigido por el astrónomo Eric Murphy, del instituto mencionado.
Estos cúmulos que se mencionan sirven como lentes. Pero no se imaginen el vidrio de una cámara o el de un telescopio común. Son en realidad una especie de impulso que utiliza la atracción gravitacional de las galaxias en los cúmulos. Entonces esto es capaz de duplicar y magnificar la luz junto a las ondas de radio provenientes de los objetos más distantes.
La ampliación proporcionada por la lente gravitacional, combinada con imágenes VLA extremadamente sensibles, nos dio una mirada sin precedentes a la estructura de una galaxia 300 veces menos masiva que nuestra Vía Láctea en un momento en que el universo tenía menos de la mitad de su edad actual. Esto nos está brindando información valiosa sobre la formación de estrellas en galaxias de baja masa en ese momento y cómo finalmente se ensamblaron en galaxias más masivas
Morning antenna move on the north arm of the Very Large Array. https://t.co/j61lT0gUdC pic.twitter.com/Kk8S0rjrkk
— NRAO (@TheNRAO) March 16, 2021
Astronomers using the Very Large Array took advantage of the gravitational lensing provided by a distant cluster of galaxies (5-billion light-years away) to detect an even more-distant galaxy (8-billion light years).
— NRAO (@TheNRAO) March 16, 2021
Faintest radio object ever found?https://t.co/WkcGwOhoCR pic.twitter.com/ipXcK6YOzM