Los seres humanos somos exploradores por naturaleza de nuestro mundo y un poco más allá.
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Ya hemos sido capaces de explorar nuestro vecindario espacial: hemos ido a la Luna, tenemos robots que exploran Marte por nosotros, pero ir un poco más lejos por ahora parece imposible.
Los agujeros negros, unos de los objetos más fascinantes del Universo, tal vez podrían tener pistas para lograr esos viajes interestelares.
Agujeros singulares
Los agujeros negros son regiones del espacio que concentran tanta materia en un solo punto del espacio que tienen una atracción gravitacional enorme, por eso devoran todo lo que se les acerca, incluso la luz.
Sabemos que los agujeros negros se crean en el proceso de muerte de las estrellas, pero no de cualquier estrella, deben tener mucha materia, ser estrellas masivas.
Las estrellas con masa de 10 a 25 veces mayor que el Sol al final de su vida tendrán un colapso gravitatorio, un proceso en el que toda la materia de la estrella se termina atrayendo a sí misma, hacia adentro, formando un agujero negro.
Esa gravedad prácticamente infinita, deforma el espacio-tiempo creando lo que se llama una singularidad: un punto en el que las leyes físicas que conocemos del Universo simplemente no funcionan.
Espaguetis espaciales
La idea de que en agujero negro no funcionan las leyes físicas suena por un lado muy interesante y por otro muy peligroso.
Los agujeros negros son objetos reales, observables, que están en muchos sitios del Universo, incluso tenemos uno de ellos como vecino: Sagitario A*, en el centro de la Vía Láctea.
Sin embargo, nadie ha estado lo suficientemente cerca de ellos para saber qué está pasando dentro de esa singularidad.
Spoilers: tal vez no sería muy divertido averiguarlo. A partir de modelos teóricos sabemos que cuando algo entra en un agujero negro sufre un proceso llamado muerte por espaguetificación, que se llama así porque las cosas tragadas por el agujero negro sufren un estiramiento vertical y una compresión horizontal, que las deja alargadas, como espaguetis.
Manzanas y universos
La perspectiva de volverse espagueti no suena alentadora para lanzarnos explorar agujeros negros, sin embargo la posibilidad que estos sean un portal a otros lugares, a otros tiempos o universos podría animarnos.
La posibilidad de que eso suceda tendría que ver con que estos agujeros funcionaran más como túneles, que como puertas.
Los agujeros de gusano son estructuras hipotéticas, propuestas originalmente por Albert Einstein en colaboración con Nathan Rosen, por lo que se llaman también puentes de Einstein-Rosen.
Estos agujeros de gusano serían resultado de la conexión entre dos singularidades en lados opuestos del Universo. Así estos dos agujeros negros en contacto podrían comunicar dos lugares y tiempos muy distantes.
Y como todo gusano sabe el camino más corto para ir de un lado a otro de una manzana no es por fuera de ella, sino haciendo un agujero para atravesarla. Y quién sabe tal vez en el futuro, podamos seguir su ejemplo.