Para que una vacuna como la del coronavirus se apruebe para uso general, debe pasar un largo camino. Además de desarrollarse en un laboratorio por uno o varios grupos de investigación, debe probar su efectividad en una serie de pruebas clínicas con voluntarios humanos.
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Efectos secundarios
Las pruebas clínicas sirven para conocer la efectividad de la vacuna. En las primeras etapas esto se hace observando la respuesta inmune de los voluntarios al medir los anticuerpos que producen esas moléculas que generamos para defendernos de las infecciones.
Cuando las pruebas se amplían incluyendo más y más personas, se monitorea también la seguridad de la vacuna y que no haya efectos secundarios indeseables. Todas las vacunas tienen efectos secundarios y las desarrolladas contra el SARS-CoV-2 no son la excepción.
Una vacuna es una forma de que nuestro cuerpo aprenda a reconocer a un nuevo enemigo y lo ataque como debe ser. La inflamación y dolor en el sitio de la inyección, fiebre, dolor de cabeza, cansancio; todo eso que se considera como efectos secundarios, indican que nuestro sistema inmune está entrando en acción.
De las pruebas clínicas sabemos que las vacunas de ARN contra el coronavirus sí pueden tener esos efectos, además de algunos otros como pérdida del olfato, dolor de garganta, dolor muscular y náusea. Eso no quiere decir que todos los efectos se presenten al mismo tiempo en todas las personas, pero es algo que podríamos esperar cuando nos vacunemos.
También podríamos esperar que esos efectos pasen en un par de días. Nada comparado a lo que podría pasar si nos enfermamos.
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Efectos adversos
Entonces los efectos secundarios leves son parte de lo que debemos esperar de una vacuna, ¿pero qué pasa con otros efectos más graves?
En las pruebas clínicas, con miles de voluntarios, ninguna de las vacunas de ARN dieron indicios de causar alguna reacción severa en los voluntarios, lo que se conoce como efectos adversos.
Pero ahora que se aplican a muchas más personas, es que podemos saber de algunos casos de estos efectos adversos, como ha sucedido con la vacuna de Pfizer-BioNTech.
Sabemos que en Reino Unido, dos trabajadores de la salud presentaron una reacción alérgica importante inmediatamente después de ser vacunados. Ambos tenían antecedentes de alergias severas, pero también, que ambos se recuperaron de la reacción.
Otros dos trabajadores de la salud, en Alaska, tuvieron una reacción alérgica a la misma vacuna. También se están recuperando, aunque en este caso una de ellas no tenía antecedentes de alergias.
¿Debemos preocuparnos?
Si tenemos alergias posiblemente esto nos preocupe, pero no necesariamente indica que no nos podremos vacunar contra el coronavirus, aunque sí debería ser algo a tomar en cuenta cuando vayamos a recibir la vacuna.
Finalmente consideremos que, aunque es real que la vacuna del coronavirus o cualquier otra puede causar efectos adversos, estos ocurren en muy, muy baja proporción: en este caso tenemos solo 3 casos de reacciones alérgicas en cientos de miles de personas que se han vacunado, y muchas de ellas con antecedentes de alergias no presentaron efectos adversos. Esto debería darnos algo de tranquilidad.