Ciencia

Coronavirus: ¿Cuál es la mejor vacuna?

Las vacunas contra el coronavirus ya son una realidad, pero ¿cómo podemos estar seguros que recibiremos una vacuna efectiva?

Quizá hace un año por estas fechas muy poco habíamos oído nombrar a los coronavirus, pero ahora, para bien o para mal, sabemos más.

Afortunadamente los médicos, inmunólogos y virólogos del mundo, han aprendido mucho del coronavirus SARS-CoV-2 en estos meses, así que ahora mismo en decenas de institutos de investigación y compañías farmacéuticas se busca una vacuna efectiva, que esperamos más que cualquier regalo de Navidad que hubiéramos deseado.

De no conocer nada de un virus que nos tomó por sorpresa hace unos meses, tenemos ahora más de 50 vacunas en estudios clínicos, es decir que se están aplicando ya a grupos de voluntarios en todo el mundo, y casi 90 que siguen en investigación en animales.

¿Cómo sabemos que una vacuna funciona?

Hay 13 vacunas en estudios clínicos de fase 3: se está probando su eficacia aplicándolas a miles voluntarios, para ver si desarrollan una respuesta inmune contra la infección y si tienen efectos secundarios que no se hubieran notado en otras pruebas.

Cuando hay resultados que indican que las vacunas son seguras y efectivas, entonces pueden usarse para vacunar a la población, aunque eso dependerá de las autoridades sanitarias de cada país.

Países como China, Reino Unido, Rusia ya han aprobado vacunas para aplicarse a la población general, algunas en una “fase combinada”: se siguen considerando pruebas de fase 3, pero también se están aplicando como una medida de inmunización.

Existen muchas formas de hacer una vacuna, al final todas tienen que lograr que nuestro cuerpo aprenda a enfrentarse a los virus de los que nos quiere proteger, pero no hay un solo camino para conseguirlo.

 

Virus “dormidos” que no dañan

Podemos usar virus completos, pero que no causen infección porque están inactivos, así el sistema inmune los reconoce y comienza a fabricar anticuerpos que se encargan de evitar infecciones en caso de que los virus activos entren al cuerpo.

Muchas vacunas actuales como la aplicada contra la influenza, usan virus inactivos. Algunas vacunas contra el SARS-CoV-2 que se están probando en China desde hace meses usan esta aproximación. Su desventaja es que producirlas lleva meses.

Caballos de Troya en las células

También podemos usar solo fragmentos de los virus: si les presentamos a nuestras células su material genético o alguna de sus proteínas, el cuerpo también puede producir anticuerpos, pero para eso necesitamos formas de llevar esos pedacitos de virus a las células.

Una forma es usar otros virus: que no nos causen infección pero que sean muy efectivos entrando a las células. Desde hace años se usan adenovirus en la elaboración de vacunas, como la de la rabia.

Su ventaja es que se trata de tecnología que conocemos muy bien y así se han diseñado un par de vacunas que tendrán pruebas de fase 3 en Latinoamérica: la china de CanSinoBIO, la rusa, Sputnik V y también la desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford.

Las novedosas vacunas de ARN

Las vacunas más rápidas de producir son aquellas en las que usamos pedacitos de la molécula que tiene la información genética de los virus, el ARN, al encontrarse con él, nuestras células aprenden qué anticuerpos deben usar. La vacuna de Pfizer que está ya aprobada en Reino Unido, usa esta aproximación.

Pero quizá el encanto de la rapidez de la fabricación de las vacunas de ARN se pierde un poco, cuando sabemos que también tendremos que ser muy rápidos y cuidadosos en su transporte, pues deben almacenarse a temperaturas de -70°C, lo cual no será fácil de conseguir en todos los países o regiones.

¿Realmente una vacuna es mejor que las otras?

Cuando estemos en la tan esperada fila de vacunación, es probable que ni siquiera sepamos cuál de estas vacunas nos van a aplicar: ¿vino de China, de Rusia, de EE. UU., de Reino Unido?, ¿tiene pedacitos de virus o virus completos?, ¿la tuvieron que guardar en un ultracongelador?

¿Eso importará? No mucho, quizá solo para satisfacer nuestra curiosidad, yo confieso que me gustaría saberlo. De cualquier forma la mejor vacuna será la que tengamos a nuestro alcance, cualquiera de ellas ayudará a que nuestro cuerpo aprenda algo nuevo sobre los coronavirus.

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