Durante más de 30 años el telescopio espacial Hubble ha sido una herramienta fundamental para los científicos. Gracias a este observatorio los estudios que apuntan las profundidades del universo han llegado con su mirada sitios inaccesibles. Recientemente un grupo de investigadores recabaron datos de Hubble para mapear un halo gigantesco, que rodea la galaxia de Andrómeda.
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Cuando se habla de que es gigantesco el término pareciera quedar corto. Y es que la extensión gaseosa que rodea una de las galaxias más cercana a la nuestra se puede expandir por millones de años luz. Publican los científicos en el portal del telescopio estelar que el halo llega hasta prácticamente la mitad del camino que hay entre la Tierra y Andrómeda.
La vista de Andrómeda gracias a Hubble
El estudio más detallado de la galaxia vecina notó que este halo cuenta con una estructura de capas de gas distintas. La extensión de gas alcanza los 1.3 millones de años luz hacia nuestra dirección (la mitad del camino). Mientras que en otras dirección puede viajar hasta dos millones de años luz. Gracias a esta cartografía de los científicos de la NASA notaron que la extensión gaseosa de Andrómeda se junta en varios puntos con la de nuestra Vía Láctea.
«Este depósito de gas contiene combustible para la futura formación de estrellas dentro de la galaxia. Así como salidas de eventos como supernovas. Está lleno de pistas sobre la evolución pasada y futura de la galaxia. Y finalmente podemos estudiarlo con gran detalle en nuestro vecino galáctico más cercano», dijo Samantha Berek, parte del equipo investigador.
Algo que sorprendió al grupo de científicos es la gran cantidad de objetos pesados que hay dentro del halo gaseoso. La mirada que lograron con Hubble hace que se explique que estos objetos suelen ser expulsados a gran velocidad por el espacio. En ocasiones, con la creación de una supernova, se expulsan de manera muy violenta.