Las bebidas alcohólicas son para los adultos. No en vano gran mayoría de los países en el mundo cuentan con leyes que prohíben su consumo antes de los 18 o 21 años. Sin embargo existen padres que, durante la cena, dan un pequeño sorbo de alcohol a sus hijos, mientras son niños. Lo que desconocen es que están criando un potencial bebedor excesivo durante la adolescencia. Y como ya bien sabemos, dichos excesos tienen consecuencias negativas.
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Además están quienes lo hacen a modo de chiste, con la intención sumergir al infante en el mundo del alcohol. Todo a su tiempo, pues hay una alta probabilidad de que sea un alcohólico prematuro. El estudio, autoría del Centro Nacional de Investigación sobre Drogas y Alcohol, en Australia, revela que hay un 85% de probabilidades de que la persona sufra de problemas de bebida durante la adolescencia. Además esto, si no es atendido a tiempo, se podría extender a la adultez.
En el continente oceánico y otras partes del mundo, existe una teoría obsoleta. Afirman que pequeños sorbos de bebidas alcohólicas tienen un «efecto protector» para los niños. Que son introducirlos a dichas bebidas en un entorno responsable, como la mesa. El instituto desestimó esta premisa, bajo el estudio que publicaron, reseñó Daily Mail.
Los padres, los niños y el alcohol
«Los padres deberían pensarlo dos veces antes de permitir que sus hijos menores de edad prueben el alcohol», dijo Alexandra Aiken, autora principal del estudio. «Nuestra investigación muestra que existe un vínculo entre los padres que suministran alcohol a sus hijos y el riesgo de desarrollar posteriormente problemas relacionados con el alcohol», añadió.
El mismo estudio sugiere que sobre el final de la adolescencia es el momento justo para introducir a los jóvenes a las bebidas. Esto con la finalidad de que no sufran problemas de excesos.