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Una carta a un viejo amor, o nuestro review de Paper Mario: The Origami King [FW Labs]

Probamos la nueva entrega de Paper Mario para Nintendo Switch: ¿es una decepción como parte de sus títulos anteriores, o Nintendo logró redimir la saga?

Paper Mario fue uno de los juegos que más marcó mi vida en una etapa bastante temprana. Luego de bastante tiempo pidiendo un Nintendo 64 a mis papás, con la insistencia clásica e insoportable de un niño de nueve o diez años, el título llegó a mis manos junto a la consola para una Navidad. No teniendo una situación económica muy buena por esos días, Mario y sus aventuras de papel me acompañaron durante bastante tiempo, transformándose de inmediato en una de mis producciones favoritas.

Tal vez fue por la simpleza de la historia, o por lo hermoso que se veía el clásico -y enorme- Mushroom Kingdom en esa estética plana, pero lo cierto es que lo disfruté a concho durante varios meses, e incluso años, cuando lo volvía a jugar sólo para confirmar lo bueno que era.

Con el correr del tiempo, me fui alejando del mundo de los videojuegos para dedicarme a otras cosas, pero Paper Mario siempre tuvo un lugar muy especial en mi infancia. Eso hasta ahora, en donde Nintendo anunció la llegada de un nuevo título de la saga para la Switch, la cual retomaría el sendero de sus primeras entregas, hecho que ciertamente captó de inmediato toda mi atención.

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Las complicaciones

Soy consciente de que estas entregas han tenido un desarrollo bastante errático con el paso del tiempo. The Thousand-Year Door fue una buena secuela, pero de ahí en adelante el camino fue un poco más pedregoso. Se abandonaron las raíces RPG que cimentaban el argumento principal de la serie, en pro de experimentar y dejar esa faceta a «Mario & Luigi».

Para muchos fue un error, ya que la base de Paper Mario es Super Mario RPG, título de SNES que marcaría la base de esta franquicia, por lo que quitar esa dinámica era como negar sus propios inicios.

De pronto, los puzzles y sistemas de lucha no eran precisamente atractivos para los jugadores, por lo que eran tiempos bastante complicados para esta saga. Incluso con la llegada de la Switch, las dudas se mantenían: ¿llegará también a esta consola? Y si lo hace, ¿realmente nos podría interesar?

Mario, pero con dobleces

No pude ocultar mi entusiasmo por la llegada de The Origami King a la Switch. Habían pasado casi veinte años desde que el juego original llegó a mis manos, por lo que el factor nostalgia estaba a full en mí, ¿pero es realmente un digno sucesor de Paper Mario para N64? Y lo más importante, ¿destruyó mis recuerdos de infancia?

Acá es necesario ir por partes.

Es cierto que acá se olvidan por completo las raíces RPG de la saga, pero no se siente como una negación total. No hay puntos de experiencia, los puntos de salud parten en un numero bastante alto y van incrementándose a medida de que transitamos por el juego a través de power ups permanentes que encontramos por ahí. Los puntos para utilizar los ítems son reemplazados por cantidad de usos y lo que parece primar realmente en este mundo es el dinero y el confeti.

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¿Es esto algo malo? Para nada. Al poco andar, te vas acostumbrando a la manera orgánica y natural en el que aparecen estos factores, y te embelesas y te pierdes en lo que realmente importa, y eso es algo notable.

La historia

Si bien la historia es bastante sencilla y predecible para un título de Mario (alguien secuestró a Peach y se robó el castillo, por lo que tu misión es ir a restablecer el orden; nada fuera de lo común), lo que encanta es el desarrollo de la misma y el guión.

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Pocas veces me he sentido tan a gusto con una narrativa que no sólo te hace reír a carcajadas, porque algunos chistes y situaciones son tan cómicas, que de verdad te dan mucha risa, sino que también te emociona hasta las lágrimas. Hay una situación en particular -que no voy a detallar porque es un spoiler gigante- que me dejó marcando ocupado durante bastante rato, al punto que tuve que dejar de jugar para procesar bien lo que había pasado. Eso no lo logra cualquier juego.

Obviamente, la trama juega con un desarrollo muy lineal de un punto A a un punto B, pero no se siente para nada forzada o aburrida. En ciertos momentos, necesitaremos concentrarnos al máximo y observar cada detalle para identificar bien las soluciones a los múltiples puzzles que encontraremos en el camino, y es que al final ese es el concepto que podría resumir de mejor manera a The Origami King: los puzzles.

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El sistema de batallas

El mejor exponente de este factor es el sistema de batallas, uno de los temas más complicados a la hora de evaluar este juego.

No voy a mentir y a decir que no pensé que era todo un error quitar el sistema de Paper Mario para N64. Las luchas por turnos funcionan muy bien en dinámicas de este tipo, porque claro, a fin de cuentas, es un RPG, pero me sorprendí gratamente cuando tuve que pensar un poco más y crear ciertas estrategias para atacar de manera efectiva a mis oponentes.

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Obviamente hay muchas cosas que se pueden mejorar, como el hecho de que, como a final de cuentas se trata de un gran puzzle, casi siempre encontraremos una solución predeterminada para solucionarlo, lo cual elimina el factor estratégico hasta cierto punto. No obstante, es entretenido dar con esas respuestas, e incluso mejor es crear nuestras propias soluciones (lo pasé muy bien haciendo esto último en casi todos los casos).

Las peleas con los papelementales y los jefes están diseñadas para dar vuelta el tablero y obligarte a crear un camino para atacarlos. Acá también encontrarás respuestas elaboradas con anticipación, pero es muy entretenido -y recomendable- crear las tuyas propias.

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Lo malo

Por supuesto, siempre encontraremos pequeños detalles que «mermarán» nuestra experiencia en el título.

Hay ciertos momentos en donde el juego te suelta la mano y es posible que te pierdas en el desarrollo de la historia principal. A ratos sentí que habían ciertas cosas que no estaban siendo completa o correctamente explicadas, o que el lenguaje -en pro de la dinámica de puzzles- podía ser demasiado críptico para el público general, aunque esto último quizás sea un tema de traducción (el eterno problema de Nintendo).

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Por otro lado, la aparente falta de tiendas de ítems, la durabilidad de los mismos y la transparencia de esos datos son otros problemas que podrían llegar a afectar la dinámica de batallas, si es que no estamos bien equipados con objetos.

A veces se siente que todo lo anterior son errores que se repiten desde Sticker Star, a pesar de que Olivia nos «guíe» en ese sentido en esta entrega.

Otro factor negativo es el pacing: ¡Mario camina terriblemente lento! Algo que extrañé mucho de la versión de N64 fue el spin para avanzar más rápido a través de los terrenos, algo que no es fatal para el título, pero sí podría llegar a sentirse un poco frustrante no poder optimizar el tiempo de juego con esta característica.

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Lo bueno

Literalmente, todo lo demás es excelente. Si jugaste las primeras dos entregas y te sientes desanimado por la saga, posiblemente Paper Mario: The Origami King sea la obra que llegó para redimir algunos de los errores cometidos en el pasado. Es evidente que hay muchas cosas que mejorar, pero el storytelling sigue siendo uno de los mayores fuertes de esta serie, y eso no ha cambiado en absoluto.

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Los enemigos se sienten balanceados a tu nivel de progreso en el juego, y sí, la dinámica de batalla podría llegar a ser algo compleja a medida que avanzas en la historia, pero siempre es entretenido tener un pequeño desafío extra por delante.

Los acompañantes de Mario siguen siendo interesantes, y posiblemente uno de los aspectos más emotivos hasta ahora. Te siguen y colaboran mano a mano contigo porque la historia los vincula directamente a ella, dejando de lado el molesto factor de la casualidad. Es cierto que no puedes manejarlos en batalla, pero la verdad es que a veces ni siquiera es necesario y no molesta.

Por otro lado, el aspecto visual es notable. El título aprovecha al máximo los recursos gráficos de la Switch, sin perder de vista el concepto estético principal de la saga (que todo esté hecho de papel).

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Tanto los enemigos como los paisajes están increíblemente bien diseñados, logrando incluso no perder los conceptos gráficos principales a la hora de mover a los personajes de un mundo plano a otro con dobleces. Bueno, salvo Bowser, pero… Cosas que pasan.

Conclusión

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Paper Mario: The Origami King es un juego divertido, con un guión excelente, el cual te va a asegurar varias horas de muy buen entretenimiento. No es el mejor de la saga, tiene varias cosas que pulir, pero ciertamente lo pasé increíble jugando a esto, y rememorando al mismo tiempo a mi viejo amor de infancia.

Nintendo, no me decepcionaste.

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