Científicos hallaron una relación entre la erupción de un volcán en Japón con años de hambruna en Europa, durante el siglo XII

Hace aproximadamente 900 años Francia y otros países de Europa atravesaron una dura crisis. Se trata de una hambruna producto de repentinos cambios climáticos. Fríos inusuales de verano y torrenciales aguaceros dañaron cultivos y sumergieron a personas con poder económico a la pobreza. Recientemente un estudio realizado por un grupo de científicos suizos analizaron las causas que pudieron generar dichas condiciones.

Según reseñó en un informe el portal The Asahi Shimbun, en principio se pensaba que las causas venían desde el mismo continente. Es decir de la erupción del volcán Hekla, de Islandia, en el año 1104. Sin embargo este grupo de investigadores suizos estudiaron núcleos de hielo en Groenlandia. Determinaron que la montaña islandesa no fue la causante de los problemas en el viejo continente. Si en cambio, lo hizo, el Monte Asama en el centro de Japón, en 1108.

No solo encontraron la información en el helado suelo de Groenlandia, Además tienen registro histórico gracias a un manifiesto de un documento de la época. En el papel estaba escrito que el 29 de agosto del año antes mencionado había entrado en erupción el volcán. Advertían a la población que los arrozales y los campos no podían ser cultivados.

Los efectos de la actividad del volcán según los científicos

Los científicos además se apoyaron en los anillos de los árboles para poder rastrear los efectos del volcán. Gracias a esta técnica lograron determinar que durante el principio del siglo XII hubo inusuales temperaturas frías durante el verano. LAs fuertes lluvias causaron daños generalizados en los cultivos.

Otros documentos históricos, citados por el Daily Mail, respaldaron la investigación de los científicos suizos. «Los patrones climáticos han matado a muchas personas y reducido a innumerables personas ricas a la pobreza», reza uno de los escritos. Se trata de un manuscrito llamado Peterborough Chronicle, con fecha del año 1110 D.C. El escritor anónimo de este documento reflejó la actividad de un eclipse lunar repentino. «En la quinta noche del mes de mayo apareció la luna brillando por la noche, y poco a poco su luz disminuyó», escribió el autor sin identificar.