China ayer dio un paso histórico con el lanzamiento exitoso de su satélite Beidou. El cual le garantiza, en cierta forma, que ya podrá operar su propia red GPS para bastantes servicios de navegación y telecomunicaciones más allá de tu simple smartphone.
Durante años había una interdependencia natural con la infraestructura de otras naciones. Pero las fricciones comerciales recientes entre el país asiático y Estados Unidos terminaron detonando el nacimiento de esta nueva red.
A estas alturas hemos usado por años el término «GPS» para referirnos al sistema global de geolocalización que funciona en un montón de apps.
Está implementado culturalmente como un ente abstracto y siempre presente. Pero en realidad sólo había tres sistemas GPS en todo el mundo.
El provisto por Estados Unidos que medio mundo utiliza. El GLONASS de Rusia, el Galileo de Europa y ahora China se une a ese reducido grupo gracias a Beidou.
La instalación de este último dispositivo espacial ahora le permite a China tener cobertura global para sus servicios basados en satélites, particularmente servicios de navegación.
Así que sería cuestión de poco tiempo antes de comenzar a ver los beneficios potenciales en terminales o dispositivos de origen chino. Aunque esto es una mera suposición por el momento.