La anticipación por The Last Of Us: Part II ha sido gigante, y es que su primera entrega en 2013 fue definida por muchos como uno de los mejores títulos de la generación pasada.
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Su nivel gráfico era casi impensado para la época, su historia era tan atrapante como la de tu serie favorita y los momentos que generó son aplaudidos y recordados hasta hoy, tanto por gamers acérrimos como por jugadores más casuales.
Los videojuegos son, por esencia, algo que se debería lograr con una buena jugabilidad, pero historias de este tipo se basan más en su narrativa, en la experiencia que vives al superarlos, al “vivirlos”, sin ser necesariamente tan pulidos en este aspecto, pero aún así, logrando lo suficiente como para generar algo integral en todo sentido, y más importante aún, trascender, no verse confinados al olvido como otros juegos donde al dejar el control de lado, pasan a ser “uno más”.
Narrativa hollywoodense
Partimos por lo que compone gran parte de este juego y no, no arruinaremos la historia para quienes no lo hayan jugado aún. Tal como dijimos anteriormente, esto es gran parte de lo que hace a este juego tan especial, ser como una película o una serie de alto nivel. No por nada HBO empezará a trabajar en su versión live action, con el director de la aclamada Chernobyl al mando.
Neil Druckman, el director del juego, nos entrega una historia donde se quiere demostrar que el odio puede motivar tanto como el amor, y que a la vez estos dos sentimientos son profundamente similares. Pueden lograr que alguien cambie, que logre lo imposible y que se motive a hacer cosas impensadas. Para bien o para mal.
Usando la venganza como móvil, la protagonista del juego, Ellie, se embarca en una cruel aventura, donde se encontrará frente a frente con sus sentimientos y demonios, tanto mentales como materializados.
El estilo de juego, las escenas cinematográficas y hasta el tiro de cámara al controlar los personajes tienen una misión clara: hacerte empatizar y pasar por lo mismo que ellos están sufriendo o gozando.
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El juego se encarga, quizás con pocos matices y pecando de ser altamente “sísmico”, de refregarte en la cara una y otra vez tus motivaciones.
Aquí no hay buenos ni malos, o al menos a través de pocas horas pasadas en el juego te das cuenta que ninguna actitud o hecho es gratuito. Las motivaciones existen y, sean válidas o no, son comprensibles en el actuar de cada una de las piezas de este ajedrez.
Quizás empieza algo lento, poniendo al día a los que no jugaron la primera parte, pero que son un buen refresco a quienes lo vivimos hace siete años. Después de unas tres horas, la trama se comienza a desenredar y es difícil dejar el mando de lado. Simplemente necesitas saber qué viene después en esta fascinante historia de suspenso, terror, amor y odio. The Last Of Us: Part II me duró unas 25 horas, jugando de forma equilibrada, sin apresurarme y comprendiendo cada zona y acertijo.
El juego en sí
Estamos frente a un título, principalmente, de acción, donde tu objetivo es superar etapas plagadas de enemigos.
Estos pueden variar: tenemos distintos tipos de “zombies”, cada uno con debilidades y fortalezas distintas, perros que pueden seguir tu rastro y humanos, que cumpliendo el cliché, son los peores. De estos últimos tenemos varios grupos o “tribus”, siendo algunos más tecnológicos y letales, usando armas de fuego, como también una secta que se fía del entorno para camuflarse y usan armas silenciosas.
Puedes superar cada tramo como se te plazca, a lo “Rambo” atravesando todo a tu paso, aunque la garantía de éxito es baja, usando el sigilo, que resultó ser mi mejor arma o la mezcla de ambos.
El juego no te obliga a tomar una estrategia de antemano, pero los recursos limitados con los que cuentas, tanto en armamento como en materiales para curar tus heridas te obliga a parar un minuto, esconderte, leer el contexto y pensar bien qué hacer.
Sobre lo anterior, lo de los recursos es esencial. No eres una máquina de matar todopoderosa con un armamento infinito. Los elementos para el combate cuerpo a cuerpo se rompen y cada disparo debe contar, cada flechazo ir bien dirigido, en pos de no quedarte sin nada de cara a tu próximo enfrentamiento. Cabe mencionar que cada uso de la pistola, el rifle o lo que sea se siente extremadamente visceral y potente, como también las matanzas por la espalda, siendo muy crudas y gráficas. Los más delicados de estómago tendrán problemas con esto, sin duda. El compromiso emocional también te puede ser alto.
Su curva de dificultad está bien lograda, dejando que al principio puedas ser más libre, pero al avanzar, siendo más hábil y con mejor equipamiento, te enfrenta a escenarios más difíciles, donde a veces la única solución lógica es escapar, y es más, te encorajan a hacerlo de vez en cuando si te ves superado en número o si estás muy herido.
Para que todo lo anterior se logre de manera convincente, los enemigos deben tener cierta inteligencia que los haga creíbles, y a pesar de que en grueso modo esto es así, me vi en situaciones en las cuales logré romper su “humanidad” y hacerlos actuar como máquinas, lo que te saca un poco de la inmersión de la narrativa.
Gráficas
Lo que lograron los artistas visuales y de modelado 3D del estudio Naughty Dog es memorable y está a la altura de lo esperado, aunque hay que ser claros, hemos visto gráficas similares en esta generación, por lo que se pierde algo del impacto.
El primer juego fue “un juego de Playstation 4 corriendo en la Playstation 3”, pero aquí eso se ve solo a ratos. Siento que hay muchísimo espacio para una remasterización en la próxima generación de consolas, lo que comercialmente haría mucho sentido, por cierto.
Aún así, su atención al detalle, el tratamiento de la luz, la captura de movimientos y todos los elementos que se ven en las escenas, de seguro están llevando al límite el poder de la consola. Igual, espero con ansias verlo correr a 60 cuadros por segundo estables y en 4K nativo en la PS5. De seguro pasará.
Punto aparte para las actuaciones y las voces. No es sorpresa que este estudio logre cosas impresionantes en este aspecto. Ya lo han demostrado reiteradamente con sagas como Uncharted, pero creo que esta es su obra más ambiciosa hasta ahora.
Palabras al cierre
A pesar de carecer de sutilezas o matices narrativos que lo harían un mejor juego, The Last Of Us: Part II es una entrega que está a la altura de las expectativas, un increíble punto de cierre a este generación y un fantástico inicio para la que está por venir.
Los que aprecien una buena historia “single player” tienen frente a sus ojos un título esencial si tienes un Playstation 4. En cierto modo y a pesar de no ser perfecto, es una de las mejores historias jugables que existen en los últimos años.
Da gusto cuando un juego, por el valor que entrega, te hace sentir que son una buena inversión. Es más, hace que algunos juegos que están en la misma barrera de los 60 dólares deban tener vergüenza.
Totalmente recomendado, hayas jugado el primero o no.