Curiosidades

¿Por qué los tatuajes son permanentes?

La respuesta a la pregunta que muchos arrepentidos se han hecho tras una noche de fiesta.

Las primeras evidencias de tatuajes se remontan hace más de 60.000 años. La más antigua consistía en un bigote sobre el labio superior, encontrado en una momia en el norte de Chile. Quizás quería verse más varonil (?).

Cualquiera sea la motivación para hacerse uno, hay un hecho sobre ellos: los tatuajes son permanentes. Quienes deciden marcar su piel con algún motivo o frase, tendrán que llevarla para siempre. Claro, se pueden tapar, modificar, o incluso borrarse con costosas (y según dicen, dolorosas) cirugías. Pero si no lo tocas, estará para siempre en la piel de quién se realiza el tatuaje.

Como todo en la vida tiende a ser efímero, aquello que es eterno resulta curioso. ¿Alguna vez te haz preguntado por qué los tatuajes son permanentes? Nosotros sí, y decidimos compartir la respuesta contigo. Para que, en caso de que en este momento estés mirando el corazón con el nombre de tu ex marcado en tu brazo, puedas entender la ciencia tras ese acto espontáneo de amor que no salió tan bien (esperamos que encuentres a alguien más que se llame igual).

¿Cómo funcionan los tatuajes?

Para entender por qué los tatuajes no se borran, primero hay que conocer cómo se hacen.

Cuando te rayas con un lápiz sobre la piel, aunque no laves la tinta (aunque te recomendamos siempre hacerlo) va a desaparecer. Esto se debe a que la piel tiende a renovarse cada cierto tiempo. Entonces ¿por qué el tatuaje no se borra?

Se debe a que el proceso del tatuaje consiste en introducir la tinta en la dermis. Ésta es una capa más profunda que la epidermis, la capa externa de la piel. La epidermis constantemente renueva sus células, y se eliminan hacia el exterior por descamación. Como la dermis se encuentra más profundo, está protegida del descamamiento y de agentes externos que puedan deteriorarlos (el sol, por ejemplo).

Células del sistema inmunológico

Cuando la aguja del tatuador penetra en la dermis para inyectar la tinta, causa una herida al cuerpo. Por esa razón se la piel se inflama, y el sistema inmunológico envía células a ocupar el lugar de las heridas para iniciar el proceso de reparación de la piel. Es precisamente ese el proceso que hace a los tatuajes permanentes. Las células llamadas macrófagos se comen (sí, un término muy científico) la tinta del tatuaje, en un intento por limpiar la causa de la inflamación. Otras células llamadas fibroblastos absorben el colorante de la tinta, y ambas células ya mencionadas se quedan en la dermis de forma permanente. La tinta queda en los nacrófagos y fibroblastos, y eso es lo que vemos a través de la piel.

Es decir, el tatuaje está formado por células del sistema inmunológico creadas para eliminar el agente externo, en este caso “la tinta”, y que fueron contaminadas. Con el tiempo, esas células mueren, siendo comidas por nuevas, que mantienen los restos de la tinta. Siguen siendo visibles, pero quizás menos, y esa es la razón de que los tatuajes pierdan nitidez con el tiempo.

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