Durante los últimos meses, los astrónomos han estado observando una actividad bastante inusual en la estrella supergigante roja Betelgeuse, uno de los astros más brillantes de nuestra Vía Láctea, la que por estos días se encuentra en su punto de esplendor más bajo en más de 25, o incluso en casi 150 años de observación.
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El fenómeno se viene arrastrando desde hace un largo tiempo, lo cual fue mostrado de manera notable por el telescopio ESO -ubicado en Chile-, instrumento desde el que se logró realizar una comparativa bastante gráfica, que muestra cómo su luz se ha ido virtualmente apagando con el paso de los meses.
Las teorías sobre el brillo de Betelgeuse
De momento, los astrónomos aún no saben bien qué es lo que ocurre con el cuerpo en cuestión, pero lo que sí está claro, es que, por todas sus características, el astro está destinado a morir. Si bien estamos hablando de una estrella semi-variable (o sea, su luminosidad y tamaño fluctúan constantemente), su brillo no ha parado de bajar en los últimos años, lo cual puede deberse a distintos factores.
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La variable que más se maneja al respecto es que el cuerpo celeste está agotando sus reservas de hidrógeno, lo cual podría transformarla en el «corto» plazo en una supernova.
Otras teorías apuntan a que podría haber una acumulación inusual de polvo estelar y distintos tipos de materia a su alrededor, o bien por distintas explosiones de gas y/u otros materiales, lo cual dificultaría la visibilidad de la misma desde la Tierra. Este postulado toma fuerza al recordar que el astro en cuestión tiene sólo entre 8 a 10 millones de años, versus los 4.500 millones de años que tiene nuestro Sol. Eso sí, la categoría de ambos es distinta, y también debemos tener en cuenta que Betelgeuse cuenta con una masa entre 550 y 920 veces más grande que la de nuestra estrella.
¿Podría ser el fin?
Se espera que el brillo mínimo de Betelgeuse ocurra durante la segunda mitad de febrero, para que luego su luz comience a aumentar de manera gradual. No obstante, también está la posibilidad de que la estrella se apague para siempre, pero todo es tan incierto como mencionar que eso puede ocurrir entre hoy y cien mil años más.