Hace un mes les compartimos la historia de cómo la NASA por primera vez en la historia tuvo que liberar su protocolo de auditorías de seguridad a fondo. Todo derivado del incidente público donde Elon Musk fumó un cigarro de marihuana frente de la cámaras de un podcast.
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Ahora, se filtran más detalles, donde descubrimos que efectivamente Boeing y SpaceX fueron sometidos a un proceso de revisión. Pero en realidad la empresa de Musk fue la más investigada, gracias al chistecillo de su jefe.
Según muestra un extenso artículo publicado por el Washington Post el proceso de inspección al principio fue contemplado para ambas compañías.
Sin embargo, la naturaleza de estos procesos implicaba necesariamente hacer algunos cambios a la estructura y organización ya establecida. Lo que implicaba también la modificación y cobro de algunos contratos ya activos.
De modo que se inició e proceso y se generó el gastó de los USD $5 millones de dólares que ya todos conocemos desde hace semanas.
Lo que ahora descubrirmos es que, según narra un grupo de informantes anónimos, es que auditar a fondo a Boeing hubiera costado cerca de USD $25 millones adicionales.
Por lo que la NASA mejor cambió su postura con ello y sólo los revisó de manera superficial. Mientras que SpaceX fue investigada a fondo.
La Agencia Espacial rechazó el costo de la intervención por su elevado monto. Así que decidió que sería suficiente con realizar una auditoría en papel mucho más limitada, junto con algunas entrevistas con personal clave.
La justificación de quien filtró todo es que en realidad Boeing no hizo nada que justificase auditarlos a fondo. Mientras que Elon Musk y SpaceX sí incurrieron en el hecho del porro.
Eso no podemos negarlo.