Tinder ostenta el récord de ser la aplicación de citas con mayor redito del mundo. Con 300 millones de descargas y cinco millones de suscriptores, es la más usada en mercados como Reino Unido y Estados Unidos.
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Algo que su director ejecutivo, Elie Seidman, considera “una responsabilidad increíble y un privilegio increíble”. Por ello, han mejorado sus estándares de seguridad para sacar del juego a abusadores y depredadores sexuales. Para ello, echaron mano de la Inteligencia Artificial.
En una entrevista con el diario inglés The Guardian, Seidman aseguró que tienen claro que “las personas que son horribles necesitan ser eliminadas de estas aplicaciones”. De ahí, que “tenemos un montón de trabajo en nuestro grupo de confianza y seguridad entre la tecnología y las personas: equipos masivos de moderadores que se benefician de la Inteligencia Artificial”.
Tenemos cosas en la aplicación -dice- para educar a las personas sobre cómo comportarse. Así que estamos llegando desde muchos ángulos. Si te has portado mal, te queremos fuera, y te queremos fuera lo más rápido posible”.
Tinder y la Generación Z
Seidman defiende el trabajo de seguridad realizado: “Sin entrar en muchos detalles específicos sobre las métricas, que no divulgaré, somos mucho, mucho, mucho mejores en eso que hace dos o tres años. Es mucho más difícil comportarse mal y permanecer en Tinder”.
La aplicación de citas, que trabaja bajo la premisa del “atractivo” de sus suscriptores, aprovecha el avance de la tecnología para llegar a su público objetivo. La mitad de sus usuarios son menores de 25 años, es decir, la llamada Generación Z que tiene al teléfono móvil entre sus más preciados tesoros.
“Cada grupo de jóvenes de 18 y 19 y 20 años que se unen a Tinder ha crecido en un entorno diferente en términos de vida social digital”, considera Seidman. Por ello, cree que sus usuarios no piensan en el mundo digital de forma distinta al mundo real, donde existen normas de comportamiento. “No es un universo alternativo. Es parte de la vida real”, concluye.