Ciencia

La posible existencia de vida en Europa, la luna de Júpiter, no se vería amenazada por rayos cósmicos

Una de las mayores preocupaciones de los científicos sobre Europa (Luna de Júpiter) era que las muestras que se tomaran se vieran afectadas por radiación.

Europa, una de las cuatro lunas más grandes de Júpiter, tiene un océano de agua líquida debajo de su corteza helada. Por eso en los próximos años los científicos esperan enviar allí varias sondas. El propósito será el de estudiar la química de ese océano y, en caso de que exista, la presencia de vida.

El problema es que si la luna recibe mucha radiación, esto alteraría la evidencia química obtenida. De hecho, en 2018 se supo que el propio Júpiter podría ser responsable de ello. Se supo que la magnetósfera del planeta, una región marcada por sus campos magnéticos, envía de partículas energéticas. Sin embargo, el análisis determinó que no son capaces de llegar más allá de unos pocos centímetros debajo de la superficie de Europa.

Pero la preocupación estaba más allá del propio Júpiter. Se quería saber si los rayos cósmicos podían tener una incidencia significativa en Europa. Estos obviamente pueden impactar a la luna, aunque pueden tener distintas dosis de radiación.

Una investigación reciente de The Astrophysical Journal Letters da algo más de tranquilidad en el tema. Esta explica que el océano de Europa puede encontrarse muy seguro. Después de todo, Júpiter estaría actuando como un gran escudo.

Otras fuentes de energía

Las partículas de mayor energía provienen de los conocidos rayos cósmicos. Estos se desplazan por la galaxia producto de principalmente estrellas moribundas.

Para saber si eran capaces de afectar la química de Europa, los científicos crearon un modelo computacional. Este prueba cómo los rayos cósmicos colisionarían con los átomos de la superficie. En un principio estos átomos se destruirían y liberarían más lluvias de partículas. En cierto momento ya no habría suficiente energía para las reacciones.

Los investigadores encontraron que los rayos cósmicos galácticos y sus lluvias de partículas resultantes pueden extenderse varios metros debajo de la superficie de Europa. Sin embargo, determinaron que eso no es un gran problema. La magnetósfera de Júpiter bloquea muchos de los rayos cósmicos galácticos de Europa, incluso cuando el planeta baña la superficie de su luna con partículas de baja energía. Eso significa que, gracias a la protección de Júpiter, la dosis de rayos cósmicos galácticos que afecta a Europa no es muy significativa.

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