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OVNI: A 20 años de la serie chilena que nos abdujo y que elevó a Patricio Bañados a figura de culto [FW REPORTAJE]

La serie OVNI se estrenó en 1999 y para muchos fue un referente. El legendario Pato Bañados se erigió a estrella popular con este programa.

OVNI es la sigla que se utiliza para identificar a un Objeto Volador No Identificado, pero también fue el nombre de una serie que en 1999 se tomó casi por abducción las pantallas de televisión chilenas.

Un proyecto que fue transmitido hasta finales de 2000 por TVN con el trabajo de la productora Nueva Imagen, con dirección de Rodrigo Moreno y que tuviera como rostro en la conducción a un emblemático Patricio Bañados.

OVNI fue una revisión de episodios emblemáticos de la ufología nacional como el caso del Cabo Armando Valdés en el norte de Chile, o la mítica isla Friendship en los fiordos y canales de la Décima Región, hasta el relato de Claudio Pastén, un hombre que aseguraba estar en contacto con seres extraterrestres que eran liderados por un gigante rubio llamado Irenko.

El nacimiento de OVNI

Uno de los protagonistas en primera persona de la creación de OVNI fue Gilberto Villarroel, destacado periodista, escritor y cineasta que desde París accedió a contarnos la historia del programa, del cual fue editor y guionista.

“La iniciativa fue de la productora independiente Nueva Imagen. El productor ejecutivo, Fernando Acuña, y el director, Rodrigo Moreno del Canto, hicieron un programa piloto con la conducción de Patricio Bañados y convencieron al canal, TVN, de la necesidad de hacer una serie en formato documental sobre el tema. Yo en esa fecha estaba trabajando en varios proyectos como guionista, entre ellos la película de terror “Chilean Gothic” (guionista y productor ejecutivo), la serie “Nuestro Siglo” (1999, co-guionista), el primer guion del largometraje “ Sub terra” (que ganó el CNTV, aunque después no salí en los créditos cuando se estrenó la película), el largometraje “La Fiebre del Loco” (co-guionista del filme, que ganó el Premio Coral en La Habana al mejor guion inédito y que se estrenó en 2001).

FW: ¿Cómo buscaron las historias?

GV: Había una investigación periodística previa, realizada por un equipo de la productora, con el apoyo de Rodrigo Fuenzalida, un apasionado del tema, que se presentaba a sí mismo como ufólogo. Me pareció necesario ordenar más el material, contrastar el entusiasmo de los testigos con la calidad de las pruebas (revisar bien las fotos, videos, grabaciones de radio y buscar más de un testigo, si era posible) y comprender bien la nomenclatura de este universo. Recordaba haber leído cuando niño algunos libros peculiares como “Platillos voladores tras la Cortina de Hierro”, con el entusiasmo y la curiosidad propias de un escolar.

Recordaba también la influencia de este tema sobre la cultura popular, en series de TV como “UFO”, “Los invasores” y “Los expedientes secretos X” o en las historietas de Dan Cooper publicadas en los años setenta en la revista “Mampato”. Imaginé que esa dimensión cultural también debía estar presente en los diferentes episodios, cuando correspondiese. Para la serie consulté y compré todos los libros extranjeros que pude encontrar, tanto de creyentes como de no creyentes en los OVNI, y también libros sobre astronomía como “Cosmos”, de Carl Sagan, uno de los científicos que apoyó la creación del SETI, el Instituto para la Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, en Estados Unidos, que utiliza la tecnología de los radiotelescopios para buscar señales de radio provenientes del espacio, con la esperanza de contactar a otras civilizaciones inteligentes, en el caso de que estas existan.

Un equipo del programa viajó a USA y realizó entrevistas en el SETI y en el Laboratorio de Propulsión Jet (JPL) de la NASA. Yo redacté varios cuestionarios-tipo, de modo que las respuestas de los  entrevistados pudiesen ser utilizadas en los diferentes capítulos, que estructuré por temas: foo-fighters, encuentros cercanos, etc.

FW: ¿Alguna de esas historias que te impactara en particular?

GV: Más que una historia en particular, lo que más me impactó fue que, en resumidas cuentas, el programa terminó siendo una investigación sobre las creencias de las personas. “El OVNI es el testigo”, decían los ufólogos, y era interesante ver cómo las explicaciones históricas (el OVNI de Chanco podía haber sido un obús), políticas (el famoso OVNI avistado por Jimmy Carter) y científicas (la luz del sol reflejada sobre la superficie de un satélite podía ser vista, a una hora determinada, como un OVNI por un observador que estuviese en el desierto chileno, con la ventaja de que si era un astrónomo podría, además, predecir la hora de aquel avistamiento y asombrar a sus acompañantes antes de explicarles lo sucedido) eran tanto o más apasionantes que las teorías sobre “hombrecitos verdes” de los ufólogos chilenos y extranjeros.

En el caso de los fraudes, era muy divertido ver como la estética de los OVNI fotografiados por aficionados (que en realidad eran montajes preparados por ellos mismos) iba cambiando al mismo tiempo que evolucionaban las películas y las historietas. Y llega un momento en que puedes mirar una foto y decir, este OVNI fue “fotografiado” en los años 50, éste en los 60, etc. Las imágenes envejecían junto con sus propietarios. En el caso de los avistamientos de testigos más entrenados, como pilotos de líneas comerciales o de la fuerza aérea, era más difícil encontrar una explicación definitiva y esos casos quedaban abiertos. Más que un caso en especial, me sorprende la buena respuesta que tuvo la serie dentro y fuera de Chile pero lo atribuyo, como te decía, a que el tema apela directamente a las creencias de cada uno.

La omnipresencia de Patricio Bañados: El Fox Mulder chileno

Quizás el gran acierto que tuvo OVNI fue convencer a Patricio Bañados de que agarrara el proyecto. Un escéptico declarado del fenómeno y que en Chile había tomado estatus de culto mucho antes con su participación en la franja del NO para el plebiscito de 1988 y su programa “El Mirador”.

“Lo que me causaba gracia cuando hicimos el programa es que el mismo Patricio Bañados nunca creyó en los ovnis, pero el programa se basaba más bien en testimonios de personas. El equipo de producción no creo que haya creído en la existencia de los ovnis, sino más bien estaba tratando un tema que estaba en boga en ese momento. Yo creo a estas alturas de mi vida, es que estos ovnis son naves secretas norteamericanas o soviéticas que se venían a probar al desierto de Atacama donde no había tanta población”, reflexiona Cuti Aste, creador de la música incidental de la serie, tan recordada hasta el día de hoy.

 

Quién también recuerda el rol de Pato Bañados en la conducción de Ovni es el periodista, investigador del fenómeno y autor del libro sobre el caso del Cabo Valdés: “La Noche de los Centinelas”, Patricio Abusleme.

“El hecho de que el programa haya sido conducido por Patricio Bañados pudo haberle dado un plus entre la audiencia también. En muchos círculos, Bañados es un tipo respetado y al que se relaciona con la seriedad, pese a que él sólo era el presentador del programa, al que paseaban por Chile y el extranjero para aparecer en cámara y conversar con los entrevistados. Los que hicieron el verdadero trabajo de investigación, recopilación de información, guión, entrevistas y edición fueron los periodistas y funcionarios de la productora «Nueva Imagen», que elaboró el programa”.

Francisco Ortega, escritor y autor de varias novelas que mezclan realidad y ciencia ficción, también le atribuye una potencia especial a la figura de Bañados.

“Creo que OVNI de TVN tuvo todo para ser un programa de culto. Llegó en una época en los noventa, en los 2000 que coincidió con el éxito mundial de los Archivos Secretos X y que puso en el ambiente mitológico todo el tema de la conspiración, de los extraterrestres, de los ovnis, fue como una segunda oleada de esta moda que estuvo en los setenta y ochenta.

 

Para Gilberto Villarroel, la figura de Patricio Bañados se elevó a estatus de figura pop tras la serie.

“Él ya era, desde antes, un profesional muy reconocido por sus méritos. Tal vez la serie le permitió llegar a una audiencia más amplia. El director, Rodrigo Moreno, compartió con él las grabaciones en terreno en Chile y en el extranjero y tuvo una relación más próxima”.

Una estética electrónica

La música de la serie es otro de los elementos centrales de la trama de este recuerdo alienígena. Tras 20 años, las canciones que creó el músico Cuti Aste aún se recuerdan.

“Hace rato que venía trabajando con instrumentos electrónicos, con samplers, con secuenciadores, con baterías programadas y todo ese cuento. Apliqué todo lo que yo conocía en ese momento e incluso ellos me pasaron cintas de BetaMax o Betacam de esa época, que eran las cintas originales de grabación de esa época de la NASA donde habían sonidos, eran sonidos de radares y de ondas que querían captar destellos del universo y el espacio exterior y eso lo hice sampler para hacer esta música”, comentó con Fayerwayer.

Cuti, quien también ha participado con grupos como Los Tres y Los Electrodomésticos y que tiene una larga historia de triunfos con montajes como “La Negra Ester”, cree que quizás es momento de relanzar ese disco que hizo para la serie.

“Ese disco que se hizo con el programa  OVNI fue bastante injusto conmigo, porque después se transformó en un disco de música electrónica con interés comercial, que fue una de las tantas movidas chantas que hizo ese chanta de Jaime Román (ex productor de TVN acusado de explotación sexual infantil). Y nunca me llegó un derecho de autor ni nada parecido por ese disco. Nunca firmé un contrato ni nada, así que iré a la SCD para ver si están liberados de todo compromiso estos temas y ver la posibilidad de editar esta música nuevamente, editarlas quizás por primera vez, si le pegamos una remasterizada quizás quedarían mononos

Sobre sus creencias personales y si alguna vez un ovni le sirvió de inspiración para componer la música, Cuti Aste es bastante claro.

“La verdad es que en el año 80 una vez vi un ovni. Nunca supimos lo que era, y después vimos que apareció en la prensa de que lo habían visto en Santiago, en la Norte-Sur y en Chillán. Yo estaba en una localidad que se llamaba Quillón con i, que queda cerca de Concepción y Los Ángeles y después lo vieron en Concepción y la costa. Y esa fue mi única experiencia”.

Cómo se construían los capítulos

En los recuerdos de Gilberto Villarroel sobre la construcción de los casos que se llevaron a la pantalla, está un minucioso trabajo de investigación.

“Mi trabajo, como editor y guionista, era preparar los cuestionarios-tipo para las entrevistas, un guion de rodaje para el director y luego, una vez hechas las grabaciones, revisar todo el material. Reducir entre veinte y cincuenta horas de entrevistas para cada tema, más los inserts en terreno, las imágenes de archivos, las recreaciones con dibujos y algunas reflexiones de pensadores y científicos que yo encontraba en la bibliografía consultada a un guion de montaje de no más de cincuenta y dos minutos de duración (una hora de TV). Revisábamos ese corte en bruto, el off-line, con TVN, para que nos diesen su OK, y luego se hacía la postproducción de la versión final, el on-line, con las locuciones definitivas del conductor.

Era harto trabajo, pero debe haber sido uno de los primeros programas en que se habló, por ejemplo, sobre la tecnología de los drones, que hoy nos resulta tan cotidiana. Para mí era apasionante la inmersión en el mundo de las explicaciones posibles del misterioso “fenómeno Ovni” , como le llaman los ufólogos. Una vez llevaba escrito un episodio casi completo y borré, por accidente, el archivo en mi computadora. Todavía no lo había traspasado a un diskette, que era el formato en el cual respaldaba todo. Tuve un segundo de pánico y, como tenía el contenido todavía fresco en la cabeza, comencé a escribir de nuevo toda la estructura, hasta que completé el texto. No tenía otra alternativa.”.

El periodista Patricio Abusleme cuenta cómo llegó al programa a finales de la década de los noventa, motivado por estas historias.

Recuerdo que pasaron el programa en 1999, cuando yo estaba en la Universidad, y generalmente lo veía o grababa en VHS. Fueron varios capítulos, 12 o más, y tengo la idea de no haberlos visto todos. Había partes o casos que me aburrían un poco, pero estaba pegado al televisor cuando habían anunciado algún caso específico que era de mi interés.

El Caso de Armando Valdés

Uno de los casos más emblemáticos de la ufología chilena es la de la abducción en el desierto chileno del cabo del Ejército, Armando Valdés.

OVNI dedicó un capítulo especial para recordarlo y para buscar y entrevistar a los protagonistas: dos conscriptos que estuvieron esa noche con Valdés.

“Investigué el caso del cabo Valdés por un espacio de ocho años y escribí y publiqué un libro monográfico al respecto. Aunque el caso mismo es complejo y tiene varias aristas (me explayo sobre esas complejidades en el libro, titulado «La noche de los centinelas»), mi conclusión es que es estrictamente real, en el sentido en que las cosas sucedieron más o menos como se contó originalmente en 1977. Es decir, Armando Valdés y los siete soldados conscriptos que lo acompañaban en la madrugada del 25 de abril de 1977 tuvieron un encuentro real con OVNIs cuyo origen y naturaleza no ha sido esclarecido aún”, sostiene el periodista Patricio Abusleme.

https://www.youtube.com/watch?v=U_R-FLp3hiA

Friendship: la isla misteriosa

Otro de los capítulos con alta repercusión fue el de la Isla Friendship, una perdida colonia de extraterrestres que viven en los canales y fiordos cercanos a Chiloé y que están ocultos de radares y naves humanas. Un lugar mágico donde curarían gente de graves enfermedades.

“Friendship es una historia interesantísima, pero que probablemente no tenga que ver con OVNIs. Yo creo que ese es el episodio más célebre o que la gente más recuerda (tuvo segunda parte en la temporada siguiente). Yo creo que tiene que ver con que nadie sabe bien de qué se trata o si es real o no. Algunos intuyen un fraude detrás de la historia, otros creen completamente en que es (o fue) un lugar real donde científicos coexistían con extraterrestres, pero aún no se ha realizado una investigación más profunda aún que arroje luces sobre la historia de Friendship”, sostiene Patricio Abusleme.

Por su parte, el escritor Francisco Ortega cree que una de las razones de ser de OVNI fue este capítulo.

“Si hay algo que le debemos a OVNI es la historia de la isla Friendship, que es como el Lost chileno, y creo que es lo que más recuerdo, porque de hecho la usé en una novela mía: “El verbo Kaifman”.

https://www.youtube.com/watch?v=W2FdaWeR_JY

El caso de Claudio Pastén

“La Comunidad de la Montaña” se llama el grupo de un poco más de 40 personas que Claudio Pastén fundo a partir de sus experiencias extraterrestres con un ser llamado Irenko y que venían de ciudades de cristal.

Pastén es técnico en computación y en ese capítulo de OVNI fue llevado a una sesión de regresión hipnótica.

“Sobre Claudio Pastén no puedo dar una opinión concluyente, porque no lo he investigado personalmente. Pero a partir de lo que vi en el programa «OVNI», me genera dudas, al igual que todas las historias sobre OVNIs que posteriormente pasan a convertirse en historias de contactismo. Ese caso también causó impacto (Pastén parecía hablar en una lengua desconocida cuando estaba supuestamente bajo trance hipnótico) y posteriormente a hacerse famoso por el programa, publicó un libro de corte contactista y entiendo que fundó una comunidad en el norte. Una especie de secta religiosa. Esto tiene mucho que ver con nuevos movimientos religiosos que nacen y se desarrollan en torno al supuesto contacto con extraterrestres o «hermanos mayores». Es por eso que el caso de Pastén y otros similares de contactismo me despiertan dudas, pero, como decía, no puedo entregar una opinión concluyente dado que no lo he investigado personalmente ni en profundidad”, afirma al respecto Patricio Abusleme.

https://www.youtube.com/watch?v=qbXUiYhjlJ8

OVNI es único porque nunca después se hizo algo así en Chile

Han pasado 20 años y el programa de TVN aún permanece en la memoria colectiva como quizás el único intento serio por abordar la temático extraterrestre en la TV chilena.

“En la BBC de Londres encontraban de lo más divertido que uno de sus corresponsales abordase, desde un punto de vista periodístico, un tema tradicionalmente despreciado por los científicos. En una ocasión en que me llamaron por teléfono para un despacho radial y yo estaba fuera de mi casa, trabajando para la serie, supe que ellos anotaron después en una pizarra: “Gilberto Villarroel anda cazando Ovnis”. Me asombraba también que, diez años después de sus primeras emisiones, TVN siguiese repitiendo la serie. Lo mismo ocurría con el unitario hecho para Discovery Channel (exhibida para Latinoamérica con locución de Fernando Solís). Lamentablemente en aquella época no existía la ley Ricardo Larraín y nadie pagaba a los guionistas chilenos por las repeticiones de su trabajo.

Ahora han pasado veinte años y el otro día escuché en una radio chilena un podcast sobre Ovnis y aparecían algunos temas y audios de nuestra serie, debidamente citados. También me escribió un realizador que estaba interesado en hacer un documental sobre isla Friendship (a propósito del relato de un ingeniero que debía haber sido curado de un cáncer por misteriosos extranjeros en una isla ubicada al sur de Chiloé). Creo que lo desilusioné un poco cuando le dije que todo lo que yo sabía al respecto era lo que había salido al aire en el episodio correspondiente”, cierra Gilberto Villarroel.

Patricio Abusleme va más allá en la trascendencia que tiene la serie en la historia de la TV chilena.

“Yo creo que «OVNI» se transformó en un programa de culto simplemente porque nunca antes, ni después, se ha hecho algo parecido.

Probablemente haya sido el único programa nacional sobre OVNIs con un buen presupuesto, en que se cubrieron casos locales, algunos virtualmente desconocidos, otros emblemáticos, y se les dio un tratamiento en general serio. Además, la producción del programa viajó fuera de Chile para entrevistar a ufólogos y expertos extranjeros, lo que enriquecía los capítulos.

Previamente, programas periodísticos de investigación como «Informe Especial» o «Contacto» dedicaron capítulos unitarios o reportajes a los OVNIs o a casos ufológicos puntuales, pero nunca se había ofrecido en televisión abierta una serie decente sobre OVNIs”.

Contactamos a Patricio Bañados para una entrevista, pero su buzón de voz amablemente y varias veces nos indicó que no estaba presente. Quizás andaba de parranda con Irenko o haciendo alguna visita a Friendship. Será para la próxima.

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