Una espeluznante historia de ya casi 15 años de edad acaba de salir a la luz. En esta se incluyen un negocio muy lucrativo del que pocos han oído hablar pero que pone los pelos de punta, malas prácticas de salubridad, abuso y engaño a personas de escasos recursos, y notorio irrespeto a la condición humana de varios cuerpos que se supone iban a servir para investigación científica. Esto último fue evidenciado en partes corporales que fueron amontonadas en refrigeradores sin cuidado alguno.
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La historia se ubica en la ciudad de Phoenix, Arizona, Estados Unidos. En un gran bloque de 830 metros cuadrados operaba una empresa llamada Biological Resource Center. En 2014 esta estuvo envuelta en un escándalo de grandes proporciones con las autoridades. Según el FBI, desde 2005 hasta la fecha, la organización estuvo envuelta en un negocio de venta de partes humanas por medio del engaño.
Negociando con los cuerpos
BRC se vendía como una empresa con intenciones altruistas. Lo que hacía era comunicarse con familias de escasos recursos con una persona recién fallecida o alguien interesado en definir qué pasaría con su cuerpo cuando falleciera. Particularmente era gente que estaba preocupada de no poder pagar los gastos funerarios.
En ese momento les ofrecían una solución que les daría tranquilidad por un buena causa. Les decían que si donaban el cadáver del fallecido, este sería utilizado para investigación científica. Por ejemplo, se emplearía en la investigación del cáncer. A cambio, una vez se terminara su uso académico, el cuerpo donado sería cremado gratis. Viendo tan buenas condiciones, las familias terminaban aceptando el trato.
Pero esto era solo un engaño orquestado por BRC y en el que participaba el resto de la industria de venta de partes humanas. Lo que hacía la compañía era descuartizar los cuerpos y comerciar con ellos como si de cualquier otro producto se tratase. Inclusive, había terceros que compraban las partes y se las vendían a otras instituciones.
Era mucho el dinero que recibía BRC por las operaciones. Por ejemplo, un torso podía valer USD 3.000. La columna vertebral podía costar USD 1.000 y una pierna completa 1.100 dólares. Un cuerpo completo podía valer hasta 6.000 dólares.
Una película de horror
La industria de la venta de partes de cuerpos humanos no es ilegal en Estados Unidos. El problema fue que BRC se lucraba por medio de engaños. Siguiendo una exhaustiva investigación, el FBI hizo una redada a las instalaciones de la organización. Según testimonios de las personas que participaron en la operación, lo que vieron fue siniestro.
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En el lugar efectivamente esperaban encontrar restos humanos. Sin embargo, en los refrigeradores del edificio encontraron todo tipo de partes amontonadas sin identificación alguna. Es decir, en un solo contenedor estaban fragmentos de los cuerpos de numerosas personas. De esta forma lo describió uno de los agentes, Matthew Parker:
Así no es como tratas a seres humanos … no los puedes tirar en un montón de bolsas de cadáveres y luego los arrojarlos a un congelador como un montón de basura «.
Ese no fue el peor de los horrores que vieron. Entre los hallazgos había cubos con varias cabezas almacenadas. También hallaron un recipiente lleno de genitales masculinos. Lo peor de todo: un torso masculino al cual le habían cosido una cabeza femenina. Esto último lo terminaron comparando con el Monstruo de Frankenstein.
Las investigaciones que revelaron que en todo ese tiempo BRC había recibido más de 5.000 cuerpos. Esto les permitió distribuir 20.000 partes. Como si fuera poco, la organización reclamó que el FBI había incautado en 1’000.000 de dólares en la redada.
Confusión
Los agentes pensaban incautar unos cientos de libras de restos humanos. El resultado fue significativamente mayor, pues fueron 10 toneladas distribuidas en 1.755 partes. Entre ellas había 281 cabezas, 241 hombros, 337 piernas y 97 columnas, reporta Reuters. Fueron 142 bolsas para cuerpos, y cada una podía contener hasta 36 personas distintas.
Increíblemente los agentes no pudieron incinerar los cuerpos por el reclamo de la BRC y otros actores de la industria. Los cuerpos permanecieron en congeladores durante tres años mientras se resolvía legalmente el asunto. Mientras tanto, se le ha citado a juicio al dueño de BRC, Stephen Gore por engaño.
Las familias víctimas expresaron la forma en la que eran engañados por BRC. En la mayoría de llamadas, la organización utilizaba términos no muy claros para expresar sus intenciones con las personas fallecidas. Por ejemplo, utilizaban la palabra «tejidos» para que solo creyeran que se iba a utilizar piel y no todo el cuerpo.