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50 aniversario del Hombre en la Luna: Antes, durante y después de la gran hazaña del Apolo 11

Este próximo 20 de julio se cumplen exactos cincuenta años de la llegada del hombre a la Luna con la misión de la NASA llamada Apolo 11.

Cuando ya estamos a solo 9 días de que se cumplan los 50 años de la llegada del hombre a la Luna, uno de los hitos de la humanidad más importantes de su historia, indagaremos a continuación en los detalles de como fue ese momento tan importante para la humanidad.

La hazaña del Apolo 11, nave de la NASA la cual estaba tripulada por los astronautas Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael Collins, despegó un 16 de julio del año 1969, para estar aproximadamente realizando el alunizaje un 20 de julio del mismo año.

Como todos ya saben, esta hazaña histórica se logró finalmente, pero a continuación iremos al detalle, ya que indagaremos paso a paso como fueron los momentos previos al despegue, el proceso in situ y finalmente el regreso de la exitosa misión histórica.

Cronología para llegar a la Luna

Luego de 8 largos años de que el Presidente John F. Kennedy anunciará sus deseos de llegar a la Luna y devolver a aquellos hombres sanos y salvos a la Tierra, la Nasa, ya por el año 1968, tenía totalmente pensando como sería la futura misión.

Los tres astronautas elegidos recibieron un riguroso entrenamiento ya que tendrían la importante tarea de alunizar en el satélite, lo que significaba un hito histórico para la humanidad en general.

Los viajeros del espacio elegidos fueron los recordados Neil Armstrong de 38 años, Edwin Aldrin de 39 años y Michael Collins de 38 años. La denominación de la nave estuvo a cargo del comandante de la misión, quien llamó Eagle al módulo lunar y Columbia para el módulo de mando.

El objetivo principal que tenía Estados Unidos era hacer que un ser humano caminará sobre la Luna. Por su parte, la NASA comenzó la carga del queroseno tipo RP-1  aproximadamente un mes antes del despegue, un 13 de junio de ese año, trabajo que tenía contemplado llenar el cohete por completo de todo el combustible necesario para realizar la misión.

Comienzan los preparativos

El 15 de julio de ese año, cuando solo faltaban 8 horas para el esperado despegue, los expertos de la agencia aeroespacial comienzan un proceso importantísimo, el bombeo del oxígeno líquido y además del hidrógeno líquido en los tanques de las tres etapas del cohete, buscando con esto detener las pérdidas a través de la evaporación.

Es durante ese día que los tres astronautas son trasladados en dirección hasta la nave, para recibir todas las preparaciones previas antes de abordar el Apolo 11 y despegar finalmente con dirección a la Luna. El poderoso cohete que preparó la NASA poseía unos potentes propulsores de mercurio, los cuales eran 100 veces más poderosos que los otros que existían previo a ese momento.

Su tamaño era gigantesco, ya que era comparado con un destructor de la marina y podía alcanzar la impresionante velocidad de 40.200 km/h, con la que despegaría y llevaría a los astronautas hasta la superficie lunar, para poder llevar a cabo el aterrizaje.

Un mes completo tardó en cargar los más de 4 millones de litros de queroseno en los estanques de combustible, siendo esta ignición de los impulsores de Saturno V uno de los momentos previos con más tensión que se vivió en la preparación del esperado viaje.

El momento se acerca

Un 16 de julio de 1969, siendo las 10:32 de la mañana en Cabo Cañaveral el Saturno V despega finalmente de la base de lanzamiento, luego de que los expertos realizaran las últimas revisiones donde comprobaran que todos los sistemas estaban funcionales y no debería producirse problema alguno en el despegue.

Fue el director del vuelo Gene Kranz, el cual se encontraba en la base de control, quien dio el si y entre todos comenzaron la secuencia de ignición y el tan esperado conteo de 10 segundos, en ese momento los 5 motores F-1 ya estaban totalmente encendidos.

Los diversos sistemas de refrigeración que estaban ubicados en diferentes lugares de la nave estaban encargados de arrojar agua sobre la estructura metálica, para así mantenerla protegida constantemente del calor que producían esa cantidad de motores y queroseno ardiendo en ese instante.

Recordemos que, el cohete llamado Saturno V, contaba de varias fases las cuales se iban desprendiendo de la nave una vez que esta consumía todo su combustible, mientras que la enorme vibración que se producía en aquel momento hacía que la escarcha que recubría todo el cohete se desprendiera de forma notoria.

La tensión invade a todos

En el momento exacto en que el cohete alcanza el 95 % total de su empuje, los cuatro diferentes ganchos que sostenían la armazón completa son arrojados hacía atrás, y es en ese momento en el cual todo el mundo estaba esperando con total tensión y recelo, finalmente el cohete despega desde la base.

Exactamente a las 10:32 minutos de la mañana el cohete abandona Cabo Cañaveral con dirección a la Luna, donde los astronautas mantienen en todo momento el contacto verbal con la base para comunicar cualquier problema que se presente.

Luego de transcurridos los 60 segundos del despegue, se pone en marcha el segundo plan, donde comienzan a funcionar los segundos 5 motores quienes tendrán la misión de de que el cohete saturno siga ganando altura en el aire.

Es en ese instante cuando se produce un momento clave, la separación de toda la zona denominada torre de escape ya que todo iba perfecto y el cohete saturno no había registrado problema alguno.

Adiós a la Tierra

Luego de nueve minutos de transcurrido el lanzamiento, el cohete concluye la segunda etapa de los motores y estos se separan finalmente de la nave, quedando en ese momento solo un motor disponible el cual tendría la tarea de acelerar a la nave en le último tramo antes de lograr salir a la órbita.

Doscientos segundos después de este proceso finalmente la primera etapa esta concluida, ya que el último motor de apaga y finalmente el Apolo 11 logra estar en órbita. En este preciso instante, en una comunicación con los astronautas ellos señalan que ya han comenzado a sentir «la falta de gravedad».

Por ese entonces,  módulo lunar y la cabina de mando permanecen unidos. Es aquí donde se da comienzo en ese momento a la tercera etapa del despegue, la cual tendría como objetivo mantener la nave Apolo en «órbita de aparcamiento.

Esto significaba que durante las siguientes 3 horas la nave debía orbitar a 215 km de altura, mientras los tres astronautas en su interior aprovechaban el tiempo para calibrar equipos y estudiar todas las lecturas de navegación para identificar la trayectoria específica la cual tenían que seguir.

Rumbo a la Luna

Luego de concluida la etapa del aparcamiento, en la cual los astronautas aprovecharon de preparar todo para iniciar la segunda etapa, desde Houston envían la orden a la nave para que finalmente los astronautas la pongan en rumbo con dirección a la Luna.

Cuando esta ya estuvo completamente orientada, se activó otro motor el cual contaba con 60 toneladas de combustible haciendo acelerar el cohete hasta que este alcanza la impresionante velocidad de 45.000 kilómetros por hora.

Estos momentos, según relataron después las personas que fueron parte de la misión, tanto en la base como en la nave, fue denominado como uno de los momentos más tensos de todo el proceso, ya que la dificultad para desarrollar este proceso podía generar cualquier tipo de falla inesperada.

Lo siguiente que debían realizar los astronautas mientras se dirigían a la Luna era realizar una maniobra la cual les permitiera colocar el módulo Lunar delante de la cabina de mando. Luego de una hora completa, los tripulantes logran concretar con éxito esta etapa.

Un viaje largo

Durante los tres días siguientes Apolo viaja en dirección a la Luna, los astronautas tienen que estar además constantemente supervisando equipos y además realizar comprobaciones de diversos instrumentos.

Mientras la nave más se aleja de la Tierra va perdiendo velocidad debido a a la atracción que el propio planeta realiza. Sin embargo cuando este llega la zona denominada «gravisfera lunar», el vehículo vuelve a aumentar su velocidad para lograr de forma óptima la etapa denominada como Trayectoria de regreso libre.

En esta etapa lo que se buscaba era lograr que la nave pudiera pasar orbitando justo detrás de la Luna para luego volver a la Tierra sin necesidad de hacer un nuevo encendido de motor, buscando siempre lograr el ahorro de combustible.

Luego de concluir esta etapa el comandante de la misión, Neil Armstrong realiza el cambio de velocidad de Apolo 11 y da comienzo al frenado del vehículo para redireccionarlo en dirección a la órbita lunar. Luego de pasar por el lado oscuro de la Luna, las comunicaciones con Houston se restablecen y ahora comienza el esperado proceso del descenso.

Un pequeño paso para el hombre pero uno grande para la humanidad

El comandante Armstrong y «Buzz» Aldrin pasan en ese momento directamente al modulo lunar ya que ambos serían los que bajarían con destino a la superficie del satélite terrestre, cabe destacar que hasta ese momento el Apolo 11 ya había realizado la décimo tercera órbita a la Luna.

El tercer astronauta de la tripulación, Michael Collins acciona todo el sistema de desconexión y finalmente el «Eagle» se desconecta de el resto de la nave, tomando la difícil misión de dirigirse directamente hacia la superficie lunar.

En ese momento cuatro propulsores separan al Columbia del Eagle y este comienza su descenso hacia la superficie de la Luna, tratando de controlar los encendidos de motor par así lograr ahorrar combustible. Cundo llegan a una distancia de 15 kilómetros del alunizaje, los astronautas dan el aviso a Houston para dar comienzo al a maniobra del descenso.

Para fortuna de todos, hasta ese momento no ha ocurrido ningún fallo y el comandante Armstrong va siguiendo al pie de la letra todos los procesos establecidos para lograr un descenso exitoso, para ese momento el motor del módulo funciona en un modo automático el cual le permite controlar la velocidad del alunizaje para así no tener que cancelarlo.

El gran paso

Debido a un desorden ocurrido con el sistema automático que controla la velocidad de Eagle mientras este desciende en dirección a la superficie lunar, el vehículo no se dirigía al lugar donde debía aterrizar, fue entonces cuando Armstrong tomó una de las decisiones cruciales para evitar el fracaso de la misión.

El astronauta decidió entonces cortar el sistema automático y activa otro el cual era semiautomático, momento en el cual el toma el control de la nave para así llegar al lugar correcto para el aterrizaje. En este instante, mientras Aldrin le lee los datos del radar y del ordenador, el módulo lunar deja caer sus varillas sensoras y finalmente aterriza y toca suelo de la Luna.

La bajada final fue totalmente suave, dejando contentos a expertos en Houston ya que por fin el módulo LEM había logrado aterrizar con éxito. Es en este momento cuando Armstrong dice una de las frases celebres de la misión «Houston, aquí base tranquilidad, el Águila ha aterrizado».

Siendo un 20 de julio del año 1969, cuatro días después del despegue desde la Tierra, la misión Apolo 11 coloca a los dos primeros hombres en la historia de la humanidad en la superficie Lunar. El primero en descender es Armstrong, el cual al tocar el suelo dice su connotada frase «Este es un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad».

El tiempo pasó rápido

En total los astronautas estuvieron casi dos horas recorriendo el lugar y además recolectando muestra de rocas lunares en la zona, además de instalar instrumental científico los cuales ayudarían a la detección de sismos y las partículas solares.

Sin embargo, estos debieron esperar casi seis horas posterior al alunizaje para poder descender del módulo lunar, y como todos ya sabemos fue Armstrong el primero en salir de la nave. El fue el encargado además de activar la cámara de video la cual transmitirá el momento a todo el mundo el cual se encontraba expectante en aquel momento.

Mientras el comandante Armstrong tomaba fotografías del lugar, Aldrin se prepara para salir de la nave, momento en el cual se encuentra con su compañero y tienen una notable conversación, ambos en la superficie de la Luna.

  1. Armstrong: Una vista magnífica ahí afuera
  2. Aldrin: Magnífica desolación

Los astronautas comienzan a a realizar todas las tareas que les habían encomendado entre las que se encontraban: instalar aparatos ALSEP, colocar una placa de inscripción que recuerda el suceso, instalan la bandera de los Estados Unidos y utilizan detector de partículas nucleares para medir las emitidas por el Sol.

Es hora de volver

Luego de recibir la icónica llamada del Presidente de los Estados Unidos en aquella época Richard Nixon, los astronautas continúan cumpliendo con todas las cosas que debían realizar, las cuales se las especificamos en las siguiente lista:

  1. Instalar la bandera estadounidense
  2. Dejar el disco con los mensajes de paz y saludos de varias naciones del mundo
  3. Las medallas entregadas por las familias Gagarion y Komarov
  4. Dejar las insignias con los nombres de los astronautas muertos en el Apolo 1
  5. Recoger más de 20 kilos de roca lunar

Luego de dos largas horas, Aldrin regresa a la nave seguido muy de cerca por Armstrong, los cuales regresan finalmente al Eagle y proceden a dormir un tiempo aproximado de 4:2o minutos antes de dirigirse al Columbia donde se encontraba Collins.

 

Tres horas después del despegue en la superficie Lunar ambas naves logran conectarse nuevamente y ahora comenzará la etapa final de la misión, el regreso a casa.

La Tierra los espera

Exactamente a las 6:35 minutos del 22 de julio del año 1969 finalmente el equipo de astronautas encienden los motores del módulo y comienzan el esperado y complejo regreso al planeta Tierra. Toda esta operación fue llamada Inyección Trans-Tierra y trató sobre una maniobra que buscó poner en caída libre al Columbia con dirección al planeta.

El total de horas que se estimó para que los astronautas pudieran regresar a la Tierra fue de 60 horas, tiempo en el cual los viajeros no tuvieron contratiempos que lamentar y solo en algunas ocasiones se tuvo que realizar algunas correcciones de rumbo no significativas en el resultado final.

Armstrong, Aldrin y Collins entraron finalmente a la atmósfera a una impresionante velocidad de 40.000 km/h, la cual fue disminuyendo mientras se acercaban a la superficie terrestre. Cuando ya solo iban a un poco más de 120 km/h se abre el paracaídas el cual tendría la importante función de frenar la capsula en la cual venían los tres astronautas.

La capsula tuvo que resistir hasta 3.000º de temperatura al momento de atravesar la atmósfera, situación que generó que por algunos momentos Houston perdiera la comunicación que mantenía con la pequeña nave que traía a los esperados tripulantes.

Un final feliz

Luego de la caída de las comunicaciones por algunos minutos, los operadores desde la base vuelven a recibir nuevas señales de la nave cuando esta ya se encontraba solo a 8 kilómetros de la superficie terrestre, momento en el cual se liberan los paracaídas y comienza el frenado para caer finalmente en el mar.

Siendo las 18:50 minutos del 24 de julio de 1969, los tres astronautas logran aterrizar sanos y salvos en la Tierra luego de transcurridos 8 largos días del comienzo de la misión, dándole fin a uno de los momentos más importantes para la historia de la humanidad.

Aunque solo estamos a unos días de cumplir los 50 años de este gran hito histórico, su importancia y legado aún se mantiene vigente y dejó plasmado en la historia como los seres humanos, cuando buscan objetivos fuera del planeta, dan lo mejor de si para poder mostrar al Universo nuestra presencia en él.

 

 

 

 

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